Sinaloense trató de tirarse de una torre de alta tensión en Hermosillo; bomberos logran evitar el suicidio
«Valió m…», balbuceó Fernando entre chasquidos de dientes. Con premura, dos elementos de la Policía Preventiva se acercaron a él y lo esposaron luego de que pisó suelo firme ayudado por dos bomberos.
Eran las 2:18 horas del viernes 23 de noviembre. Los últimos vecinos del fraccionamiento Urbi Villa del Rey que estaban en el lugar se retiraron también, cansados y con frío. Y es que por nada querían perderse el desenlace de esta historia.
Nueve horas antes, Fernando, un hombre originario de Sinaloa, con 34 años de edad y presuntamente adicto a las drogas, quien vestía un viejo y roto pantalón azul de mezclilla y una sudadera color gris, comenzó a merodear la zona.
A lo largo del camellón del bulevar De los Lagos, al Sur de la ciudad de Hermosillo, se ubican torres metálicas que sostienen cables de electricidad de alta tensión. Asustado, el hombre fijaba su vista hacia lo más alto.
A las 15:30 horas, Fernando se había montado en la base de la torre. A los vecinos les pareció extraño, pero nada fuera de lo común. Media hora más tarde ya había escalado hacia la parte media de la estructura de 38 metros de altura.
Un vecino decidió llamar a las autoridades. Cuando la Policía Municipal, Bomberos y Cruz Roja llegaron, Fernando ascendió al primer travesaño de la torre, ante el asombro de los curiosos presentes y de quienes seguían esta historia por redes sociales.
El hombre, subió, bajó, subió y bajó, subió y bajó, por espacio de siete horas. Ocho intentos de negociación por parte de los bomberos no fueron exitosos. Pidió agua y una chamarra. Se le concedió sólo el agua.
El clima ya entrada la noche era frío. La gente se comenzaba a desesperarse y Fernando ni caso.
Al lugar llegó Rafael, un amigo de Fernando.
Por medio de un altavoz se contactó a la madre del muchacho. «Hijo, bájate de ahí, ven a casa», le decía de manera repetida la señora, vía telefónica desde El Carrizo, Sinaloa, de donde es originario el «escalador». Pero no hubo respuesta.
Desde la llamada de su mamá, Fernando ya no respondió. Las 00:30 horas del viernes llegaron y los bomberos comenzaron a preparar una estrategia. El hombre permanecía inmóvil a casi 30 metros de altura.
A la 01:30 de la madrugada ya casi todos los vecinos se habían ido, los policías permanecían escondidos pues fue la orden para darle confianza a Fernando y que bajara. Los bomberos colocaron el camión con la escalera mecánica en el camellón, de frente a la torre. Cualquier error podría ser fatal.
Una vez que estuvieron cerca de él lo aseguraron, él muchacho se resistió. Pataleó, gritó, forcejeó, pero los bomberos fueron más fuertes. Eran las 02:18 horas. Lentamente la escalera fue bajando y pusieron a «Fer» en piso firme.El desconocido logró mantener en vilo a cientos de personas, cuando fue entregado a los policías. El episodio había concluido.
Con información de El Imparcial