A la 4ta. T le llueve sobre mojado
Eduardo Valdez VerdE
Nadie con sentido común y con un poco de equilibrio en su crítica, puede negar que las cosas en el país ya venían muy mal desde el sexenio anterior. Cargarle todos los platos rotos a la cuenta de Andrés Manuel López Obrador no sólo es un error, sino una injusticia.
La administración de Enrique Peña Nieto quedará marcada por escandalosos actos de corrupción, por la inseguridad, miles de muertos, crecimiento del narcotráfico y aumento de la pobreza. Nadie puede estar en contra de que se castiguen esos actos de corrupción y de que se dé prioridad a los que menos tienen. Estas dos premisas han sido columnas del discurso de la Cuarta T. Esperemos que se cumplan en los hechos y que no sólo queden en promesas de campaña.
En descargo de la administración que encabeza López Obrador hay que reconocer que tomaron la casa muy desaseada y con muchas cuarteaduras, pero esa estrategia de culpar al pasado ya no funciona. La gente quiere resultados, pero al Presidente y a su equipo las cosas nomás no les salen e insisten en señalar a los que se fueron sin que al parecer les caiga el veinte de que la responsabilidad ahora es de ellos.
A sus constantes errores y a su terquedad de no querer hacer ajustes ni en sus políticas ni en su gabinete, se le suman hechos externos como la crisis del Coronavirus que ha venido a desnudar las deficiencias no nada más del sistema de salud en todos los estados, sino la ineptitud de muchos funcionarios públicos federales y estatales que estaban en una zona de confort y que de pronto han sido exhibidos porque el problema les queda grande.
A López Obrador y a la Cuarta T un día les llueve y al otro les llovizna. Ya las cosas venían mal y pintan peor con el desplome de los precios del petróleo y la degradación de Pemex a categoría de empresa quebrada y con una deuda de 95 mil 600 millones de pesos. El oro negro del que tanto presumían los políticos, cada vez vale menos y ha dejado de ser un negocio rentable.
Se augura pues, muy mal temporal si consideramos que el Gobierno federal no podrá contar con los recursos derivados del petróleo, las remesas de los paisanos caerán y el turismo seguirá paralizado. Es decir, los tres principales generadores de ingresos para el país están en la lona.
Y por si todos estos problemas no bastaran, a López Obrador le brincan los gobernadores de Nuevo León, Tamaulipas, Coahuila y Jalisco, quienes han armado un bloque para mostrar su inconformidad con el pacto fiscal federal, pues estiman que la repartición del presupuesto es inequitativa e injusta con el porcentaje del PIB que aportan.
De cara a la crisis por el Covid-19, estos cuatro gobernadores señalan que se deben replantear los criterios de distribución de los recursos hacia los estados.
No hay duda que existe algo de razón en lo que demandan, porque hay estados con mayor población y menor aporte fiscal, que reciben más dinero que otros. A eso hay que agregar la discrecionalidad con la que el gobierno federal asigna dichos recursos, así como la excesiva centralización administrativa y recaudatoria.
Tienen razón los gobernadores rebeldes en exigir más recursos a la federación, pero también hay que señalar que los estados son muy malos recaudadores y son especialistas en eliminar o perdonar impuestos en busca de popularidad, sobre todo cuando vienen las campañas.
Si los gobernadores no argumentan bien lo que demandan, AMLO muy a su estilo les puede recordar las desastrosas y corruptas administraciones de Rodrigo Medina en Nuevo León; Aristóteles Sandoval en Jalisco; Tomás Yarrington en Tamaulipas y los hermanos Moreira en Coahuila. Todos ellos envueltos en líos con la justicia por el mal manejo de los dineros públicos.
Con estas fichas, fácilmente el Presidente podría revivir la molestia ciudadana y deslegitimar los reclamos de más recursos por parte de los cuatro Gobernadores que, aprovechando el río revuelto, salieron de pesca.
LIBRETA DE APUNTES
La SEPyC asegura que el “regreso” a clases permitirá que los niños y jóvenes sinaloenses no pierdan el ciclo escolar. Le están apostando a la modalidad de Escuela en tu Casa. Bien por el esfuerzo de maestros y padres de familia, ¿pero acaso creen que todos los niños y jóvenes de Sinaloa tienen computadoras e internet para tomar clases y hacer sus tareas desde sus casas?