En la raya: CHAPMAN… N° 1 del fracaso
Por José Luis López Duarte
Billy Chapman es uno de los muchos personajes que acompañaron a AMLO en su elección el 2018, que cuando los pusieron al volante del gobierno que les tocaba les pasó lo que al churrero de Guamúchil.
Aquel personaje , por allá en 1963, se sacó el primer premio de la lotería nacional, premio que le permitió de inmediato comprarse una camioneta, subir en ella a los «Llaneros de Guamúchil», dejar en su casa el equipo de la churrería, a la mujer y la familia, tres meses le duró el dinero y cuando quiso volver ya había perdido el punto de la churrería (enseguida de la tienda del chapito Catarino en el mercado de Guamúchil), la esposa y la familia, poniendo otra churrería en otro lugar, uno o dos años después volvió a sacarse la lotería y volvió a dilapidar su dinero volviendo otra vez a vender sus churros, y cuando vendía gritaba «Cómprele churros al vivo».
Han sido tan vulgares, particularmente el Billy Chapman en el municipio de Ahome que no tiene el más mínimo respaldo con casi dos años de tropiezo en tropiezo, tanto que los organismos sociales y ciudadanos están tan decepcionados, porque nadie hace caso de sus reclamos y todo porque son de MORENA, la gente del presidente AMLO y ellos son impolutos, honestos a carta cabal, responsables y humanos, como si los hubiera tocado la vara de la divina providencia.
Lo he dicho y se confirma que la única que se salva de los siete presidentes municipales de MORENA en Sinaloa es Aurelia Leal de Guasave, quien consistentemente ha sostenido posiciones propias a partir del interés ciudadano y no de los acuerdos con el gobernador y otros intereses.
Aurelia Leal, precisamente cuando el presidente de la república y el gobernador del estado decidieron abrir la economía, en el punto más álgido de la pandemia, ella arreció su trabajo por el convencimiento a la población de seguir cuidándose, a intentar volver a establecer la “ley seca” y reclamar que esas medidas de permitir la salida de todos podría resultar peor para todos.
“El Químico” Benítez en Mazatlán uncido a la yunta con el gobierno del estado sin tan solo comprender la gran operación económica particular que se realiza en el puerto, sin siquiera advertir que la nave que lidera puede zozobrar en un mar de corrupción.
A Jesús Estrada Ferreiro, el presidente de Culiacán, le cayó “como anillo al dedo” (como dijera su jefe) la pandemia por salir de la granizada de críticas que le llovían, como también para no hablar y que los “siniestros” periodistas (como el otro) lo atraparan y pretendieran hacerlo resbalar, tanto que al palacio municipal de Culiacán le pusieron “la casa del jabonero”.
Pero el que le gana a todos es el famoso Billy Chapman a quien por cierto existe una denuncia más para que sea inhabilitado, ya no se sabe por qué de tantas demandas que ha tenido, pero sea como sea, ojalá y la fiscalía, como el congreso del estado, atiendan el desacato a las resoluciones de agravios contra la síndica procuradora. De perdida que le den el trámite correspondiente, porque ahora resulta que una comisión legislativa va a obstruir la aplicación de un mandato judicial.
No si hasta parecen parientes.