En la raya: AMLO… LA OBEDIENCIA, insospechada
Por José Luis López Duarte
Al amigo Martín Pablo Soto, nuestra solidaridad ante la muerte de su señor padre.
Haber escuchado el discurso de AMLO ante Trump este miércoles simplemente sirvió para ratificar lo que muchos habían dicho: Solo va a darle apoyo a Trump en la campaña electoral.
Y así fue, pero escuchar ese discurso carente de la más mínima referencia a una historia de conflictos de una nación intervencionista que robó a México la mitad de su territorio, por un personaje confeso nacionalista como AMLO y ante el presidente que agrede a México día a día, es simplemente abdicar con los propósitos de obtener quién sabe qué de Trump o pagar quién sabe qué deuda política.
Es verdaderamente inconcebible escuchar frases de elogio y figuras retóricas en torno a Trump que lo coloca a los planos de Lincoln y de Francis D. Roosevelt, donde obviamente el propio AMLO se equipara a Benito Juárez y Lázaro Cárdenas, las contrapartes de los presidentes norteamericanos.
No hay hasta ahora, más allá de que vendió a México 300 respiradores como cualquier otro fabricante, ningún acto de solidaridad, afecto ni reconocimiento a México y por el contrario el muro ha sido el eje de su política anti inmigración, por no decir anti México, orgullo de xenofobia y racismo, no se diga de su vocación supremacista, como lo ha hecho en casi cuatro años de gobierno.
AMLO está convencido que México solo recibirá “comprensión y respeto” de Trump, “no habrá en el futuro motivos para llevarnos al enfrentamiento”, porque “nunca ha tratado de imponernos nada, siguiendo el sabio consejo de George Washington” y elogió la (supuesta) decisión de Trump de no tratarnos como una colonia, sino como una nación independiente.
Y cerró su lluvia de elogios con la frase “gracias señor presidente por su gentileza y respeto que nos ha tratado como un país libre, democrático y soberano”, la joya de la corona de su discurso más propio de un apoyador de Trump que de un presidente mexicano.
Personalmente he sentido pena por el presidente López Obrador que ha tenido que ir a rendirle ese tributo al presidente más detestado por los mexicanos desde que nos acordamos los viejos, que hemos visto pasar once presidentes estadounidenses y nunca, si la memoria no me traiciona, ha tenido Estados Unidos un presidente tan agresivo, abusivo y prepotente en contra de México.
No hay pues antecedentes para hablar como habló AMLO ante Trump y si se trata del TMEC, el intercambio comercial entre EUA, México y Canadá, eso es algo que sucedió ya en los últimos 25 años, no es un fruto ni de Trump ni de AMLO.
Por eso resultó absurda la visión del presidente de México y lo peor fue asumir una posición casi llegando a la abyección. Al final, ya en la noche AMLO agregó a su discurso “fallaron los pronósticos, no nos peleamos”, no pues así como, qué pena y qué lástima por AMLO.