En la raya: LOS MUNICIPIOS • Y sus parlanchines
Por José Luis López Duarte
No sé exactamente cuánto les tocará a los municipios del país de los 7 mil millones que le debía el gobierno federal y que de alguna manera los incluyó en los 20 mil millones que les pagó a los gobernadores, pero de lo que no hay duda es que sus carencias aumentarán como abono a la ineptitud de los tres más grandes que resultaron unos verdaderos parlanchines.
Casi el 70% de la población del Sinaloa la gobiernan tres personajes, mismos que nos han dado mucho de qué hablar y hasta la risa nos han desatado.
El peor sin duda para mí es Billy chapman, de Ahome, el que se peleó hasta con el dueño del circo, no se diga con su síndica procuradora y se alió con los “representantes del pasado”, los ex alcaldes Álvaro Ruelas y Arturo Duarte, los dos que le antecedieron para evitar que se les castigara por el daño patrimonial al municipio.
De él se puede decir que se asoció hasta con el diablo, abandonando a MORENA y AMLO al segundo día que llegó al gobierno. Desde entonces ha seguido “la marcha del borracho… cayéndose y levantándose”.
El de Culiacán, el amigo Jesús Estrada Ferreiro, el que en cuanto pisara palacio municipal recuperaría el estadio “Ángel Flores” para el municipio de Culiacán echando abajo las concesiones del inmueble a la familia Ley.
No, no lo hizo por supuesto, pero luego luego se le ocurrió una rueda gigante, como la de Londres y de ahí para adelante abrió fuego contra los medios de comunicación (como el otro), que no ha parado desde entonces.
El último, al que le pegó el coronavirus, el que recibió el mensaje divino y lo iluminó el señor para que continuara dirigiendo al pueblo de Sinaloa, ha resultado el perfecto complemento del gobernador Quirino Ordaz para convertir al puerto de Mazatlán en un gigantesco negocio de bienes raíces.
Tengo dudas de si van a sufrir por los aprietos en los que ya están las haciendas municipales y lo peor que vendrá, porque parece no les preocupa para nada las condiciones de la sociedad, lo mismo que sus administraciones.
Es de suponer que el pueblo les recordará el día de las elecciones el desempeño que tuvieron, de lo que también tengo dudas por aquello de la flaca memoria, ah pero que bueno sería “una buena pela” (como decían nuestros padres) a esos tres.