En la raya: OPERACIÓN CICATRIZ • Muy difícil
2° y última parte.
Por José Luis López Duarte
¿Qué fue lo que obligó a AMLO a realizar ajustes y aparentemente realizar una “operación cicatriz”? Sin duda la tendencia de su caída en la aceptación popular y los casi 20 puntos perdidos por MORENA en intención del voto, así como el crecimiento de movimientos políticos, sociales y electorales ajenos o en contra de su partido.
AMLO no es de los políticos que va midiendo sus pasos, él ya tomó una ruta y por ahí se va batiendo obstáculos, por lo que no hablamos de una rectificación sino de un choque que lo detuvo y lo obligó ¿Qué fue ese choque?
Indudablemente que ha sido el fracaso ante la pandemia y la tormenta perfecta que ésta le ha provocado, colocándolo así al filo de un quiebre que intenta evitar a como dé lugar, producto de la telaraña de errores que han cometido en la gestión gubernamental desde que empezaron.
Telaraña en la que están por supuesto también sus programas que observándolos en particular cada uno de ellos parecen aciertos, pero en el contexto amplio se configuran como errores porque le absorbieron la mayor parte del presupuesto sin equilibrar el gasto con renglones que le han resultado controversiales como las guarderías, los medicamentos y los recortes a un sinfín de otros programas, ahora no se diga los preparativos contra la pandemia.
Un efecto especial han tenido su programa de proyectos estratégicos que empezó con la cancelación del aeropuerto de Texcoco (30% de avance) y luego siguió con la construcción del controvertido “Santa Lucía”, la refinería “Dos Bocas” en Tabasco cuando había ya seis hechas y que solo se debían modernizar, cerrando el ciclo con el famoso “Tren Maya” en medio de la selva lacandona.
Ante la incertidumbre de la pandemia, que parece se extenderá hasta enero del año próximo y en el mejor de los casos que surja la vacuna, que se calcula por allá en noviembre o diciembre en los pronósticos más optimistas, así como la caída económica que está provocando, caída que se calcula entre el 10 y el 15 por ciento del PIB, por lo que estamos hablando en el mejor de los casos de una disminución en el PIB de 2.5 billones de pesos y en el peor de los casos de 3.5 billones de pesos, contracción económica de altísimos costos para la vida del país y obviamente para el gobierno y la gobernabilidad.
Estaríamos hablando de una quiebra inédita que no se recuerda en más de un siglo, vaya ni siquiera la de 1932 que llevó hasta la segunda Guerra Mundial, máxime que ahora estamos completamente conectados con la economía norteamericana a la que también se le calcula una caída del 6 por ciento de su PIB que es 20 veces mayor que el nuestro.
¿Qué significa todo esto? Que AMLO ya le vio “las orejas al lobo” y sabe lo que viene para todos: Una probable catástrofe y un fracaso como nación.
Porque a estas alturas (21 de julio), ya deben tener muy claro, porque ya es fecha que la Secretaría de Hacienda tenga su pronóstico, su análisis y proyección de la economía, en el documento que presentará al Congreso de la Unión, que son los lineamientos económicos para elaborar el presupuesto de ingresos y egresos del gobierno federal, donde seguramente vienen los escenarios de los cuales ninguno será positivo y eso significará múltiples recortes presupuestales a todas las dependencias, a todos los gobiernos estatales y no se diga a los municipios.
No tiene otra explicación el viraje de AMLO, solo podía un muro de este tamaño detenerlo y al mismo tiempo queda implícito en ello que la pandemia ya lo derrotó, por lo que forzosamente deberá detenerse frente a ella, recular un poco y abordarla como corresponde para no empeorar las cosas.
Ya le pasó a Trump, quien negó las recomendaciones de los científicos,golpeó a la OMS y levantó cuando el quizo el confinamiento de su país, y AMLO hizo lo mismo, tanto que ahora en todo el mundo ya es obligatorio el cubrebocas, y aquí en México también está fallando la reapertura ¿Acaso cree AMLO que va a ocurrir algo distinto?
Por lo tanto no puede haber “operación cicatriz” si no se extirpa el tumor, la salud económica y política del país pasa por la salud pública, todo lo contrario a lo que ha provocado AMLO con la división, la confrontación, del todo o nada, entre otras cosas y así no se puede. Cambiamos de rumbo y de tono o nos vamos a la quiebra como nación. El asunto no es tan simple, con “Pan y Circo” no se va a resolver.