EL IV Y ÚLTIMO • Informe del gobernador
Por José Luis López Duarte
Puntual a la cita acudió este domingo 15 de noviembre a las 11 horas el secretario general de gobierno, Gonzalo Gómez Flores, para hacer entrega al congreso del estado del cuarto informe del gobernador Quirino Ordaz y quizá el último, porque su periodo concluirá el 31 de octubre del 2021 y tocará al nuevo gobernador la cita del año próximo.
En un lacónico discurso, el secretario general de gobierno se dirigió ante la presidenta de la mesa directiva del congreso, diputada Roxana Rubio, para hacer entrega del documento y sucintamente expresó que el último año lo vivimos en la pandemia, que se había enfrentado bien y que había una intensa relación de trabajo con el presidente de la república.
Palabras más, palabras menos, el secretario Gómez Flores cumplió con el protocolo que establece la constitución de Sinaloa y ya veremos con su lectura posterior si se trata de un informe solo del 2020 o realizan un balance de su gobierno ante la perspectiva de quiebre político que representa la elección del nuevo gobernador el 2021.
Aquí, en este espacio, en reiteradas ocasiones he insistido que el gobernador, desde la toma de posesión, se trazó una estrategia muy simple: controlar la obra pública (el dinero), tener en sus manos la rendición de cuentas y reducir a la oposición.
No tomaba posesión aún y empezó a desmontar el andamiaje que existía y empezó a armar el suyo, removiendo primero al auditor superior del estado, Antonio Vega, para colocar otra persona a su servicio y así han sido desde entonces los conflictos entre la ASE y el congreso del estado, como después entre el gobernador y los diputados.
Habiendo centralizado la obra pública, ocurrió lo mismo que cuando se creó el sistema de coordinación fiscal que centraliza toda la recaudación del país y el gobierno federal se quedó con “la tajada del león” y repartió migajas a los municipios.
Con el poder económico del gobierno en sus manos, sumado al poder del gobernador en sí mismo y las facultades metaconstitucionales que todo poder público contiene en México, lo hicieron un gobernador muy poderoso que controló todos los territorios y dominó a todas las fuerzas económicas y políticas.
Me van a decir que estoy exagerando y que ha habido otros gobernadores con mucho poder, y es cierto, pero alguien que lo haya planeado y ejecutado de esta manera me parece que se distingue.
El factor sin duda que rápido se atravesó y empezó a establecer un límite a esa centralización de poder, fue la elección del 2018 y el surgimiento de una nueva mayoría parlamentaria en el congreso de Sinaloa, la de MORENA.
Lamentablemente y para la suerte del gobierno del estado, MORENA resultó un movimiento amorfo y sin idea que tardó mucho tiempo en comprender y reaccionar, sin que lograran ser el contrapeso y el mecanismo para evitar la centralización y ese dominio político antidemocrático del ejecutivo estatal… ya leeremos el informe completo y abundáremos más.