QUIRINO ORDAZ • El éxito
Por José Luis López Duarte
Me llamo un amigo y me cuestiono acerca de porque criticaba tanto el gobierno de Quirino Ordaz, y me dejó intrigado a tal grado que revisé mis notas y artículos, que bien vale explicar un poco más los juicios y ponderaciones al respecto.
En primer lugar, Quirino Ordaz no era un hombre de la política, sino más bien del servicio público de carrera ligado a su vida empresarial de familia, por lo que fue una verdadera sorpresa su candidatura a diputado federal el 2015 y luego su candidatura a gobernador el 2016, colocándose de golpe en la élite de los personajes sinaloenses y del que se sabía poco cuál sería su ejercicio de gobierno.
Nadie esperaba ninguna sorpresa y menos planes, programas y proyectos espectaculares, sino más bien empezaría con la inercia natural de cualquier gobierno, por lo que nadie advirtió, me incluyo, el plan que había fraguado y que llegaría a convertirlo en el poderoso gobernador que resulta ahora.
Como a todos los gobernadores de Sinaloa, en la historia de los últimos 70 años del país, siempre los agarró llegando al poder cuando el presidente de la república declinaba y pensaba más que en cualquier otra cosa, en su salida, lo que de suyo no les permitía a los gobernadores hacer grandes planes con ellos y prepararse para el que venía después.
En su primer año fueron cuatro los proyectos que lo distinguieron: la contrarreforma electoral para reducir el número de diputados y regidores, el programa que ha encabezado desde el DIF su esposa “Te Queremos Sana” (el más importante socialmente hablando de su gobierno), la colaboración con la armada de México para crear condiciones en la lucha contra el crimen organizado y, quizá el emblema de su gobierno, apoderarse de la ASE (Auditoría Superior del Estado), un gran retroceso en la apertura, transparencia y legalidad de las instituciones que había costado 20 años de esfuerzos políticos la autonomía relativa que había alcanzado.
En 2018 vendría de lleno el proceso electoral para el relevo presidencial y allí apostó (no sé cuándo, por supuesto) por una alianza con MORENA y AMLO, cómo también los hizo el presidente Peña Nieto (no sé si de común acuerdo) decisiones que le dieron un gran poder político, que definitivamente lo lanzaron a asumir el poder y control total del gobierno y las instituciones, lo que le permitió realizar reformas legales que le ayudaron a concentrar todo el poder de la inversión pública en el estado.
A lo que simultáneamente adhirió su proyecto de convertir a Mazatlán en el centro turístico más importante del noroeste del país, empezando primero con organizar “el tianguis turístico” en el 2018 y luego volcar la inversión pública hacía el puerto de Mazatlán, que hoy por hoy, con todo y sus alianzas económicas cuestionables como las de Salinas Pliego en la inversión del estadio y equipo de fútbol, el polo económico del sur del estado que representa Mazatlán tiene anclas poderosas, que si concretan las presas de Santa María y Picachos el relanzamiento del sur de Sinaloa será un hecho.
Las alianzas del gobernador Quirino Ordaz sin duda le dieron fuerza para la embestida que se le pudo desatar desde MORENA en el congreso del estado, cuestión que mediatizó con múltiples maniobras y que hasta ahora tal parece que hasta ahí llegaron los de la 4T, porque ahora es muy probable que vayan en alianza electoral este 2020, incluso más allá, no se descarta que el presidente de la república incluya próximamente en su gabinete al gobernador, después de las muestras de afecto que se brindaron hace dos semanas en la visita del presidente a Sinaloa.
Reitero mi conclusión general, el gobierno de Quirino Ordaz ha sido muy exitoso para sus planes e intereses, que han tenido luces importantes en los programas de la mujer y el proyecto del sur del estado, pero lo demás ha sido mera rutina de gobierno y desarrollo municipal, destacando los intangibles de toda sociedad y gobierno, con los visibles retrocesos en la vida democrática de la sociedad y desempeño transparente y legal del gobierno. Veremos al final qué sigue y cuánto es verdad o es mentira.
