GAS Y ELECTRICIDAD

• ¿Los subsidios?


2° de 2 partes
Por José Luis López Duarte

Un triste adiós para nuestro amigo Baltazar Angulo, y para su esposa Elizabeth, sus hijos Elizabeth y Rodrigo, así como a toda su familia toda nuestra solidaridad. Descanse en paz, amigo “Arqui”.

Si ese ha sido el efecto en la estructura financiera de CFE, sus precios de electricidad y el impacto en los subsidios ¿Qué no pasará con los precios del gas? Sobre todo, porque la comercialización del gas no se desarrolló históricamente como la electricidad, sino que fue focalizado y con monopolios privados regionales concesionados por PEMEX, con sistemas de distribución arcaicos y muy factibles de manipulación comercial.

Ambos servicios han impactado en la inflación de manera sensible, específicamente en los sectores de bajos ingresos, que tanto los programas sociales de gobierno, como las deficiencias estructurales de estos servicios públicos, y un contexto global muy asimétrico económicamente para México.

¿Por qué pensar los problemas de esta manera? Porque ya no hay alternativa de otro tipo, como sería un desarrollo nacional aislado, cuando la economía ya es global y sus procesos en el mundo están interconectados.

Es cierto que, aún con todos los programas sociales que ha implementado el gobierno de la 4T y los incrementos salariales extraordinarios del 2018 para acá, no se ha abatido, pero eso no corresponde a la ineficacia de los programas ni a los incrementos salariales, sino al fenómeno de crisis económica mundial en la que se inscribe México, y los retrocesos históricos en materia laboral, salarial y de ingreso en general para la mayoría de la población, que ha provocado el crecimiento de la desigualdad, problema nodal que requiere políticas sociales estructurales.

¿Como qué políticas? El ingreso universal, elevar los salarios sustancialmente, como lo viene haciendo el gobierno de la república, combatir el rezago de las instituciones sociales con profundidad, como la salud por poner un ejemplo, elevar la recaudación fiscal, redistribuir la riqueza fiscal con mayor equidad y plantarse con una visión estratégica geoeconómica, que dibujó parcialmente el presidente López Obrador el pasado 24 de julio, en el aniversario del natalicio de Simón Bolívar, donde se esbozó la idea de un bloque económico continental tipo Unión Europea.

Debe ser un consenso que los programas sociales de apoyo que ha impulsado la 4T son absolutamente insuficientes, y que representan políticas de subsistencia para la mayoría de los beneficiarios, y entender que, cuando se atraviesa por una pandemia como el COVID-19, se produce una crisis económica mundial y la economía de México sufre una caída en su PIB que no se había visto en 25 años, resulta lógico que la pobreza y la desigualdad no disminuyan, y que incluso crezcan.

Por eso, ni el gobierno de la 4T, ni la oposición, como tampoco el análisis deben jalarse a los extremos. Lo vital para el rediseño y mejoramiento de las políticas públicas es el reconocimiento de sus debilidades ante problemas estructurales, y ante estos no queda más que abrir las puertas a un encuentro de ideas, que vayan construyendo otro futuro y no aquel del destino manifiesto de ser forzosamente peón y colonia de Estados Unidos, cuando podemos ser socios, aliados y buenos vecinos.

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