LOS PARTIDOS EN SINALOA
• ¿Cuál camino?
1° de 2 partes
Por José Luis López Duarte
Los partidos en Sinaloa, de manera natural, los podemos dividir entre ganadores y perdedores, para ubicar las condiciones y ruta que tiene cada uno en su futuro inmediato, y qué les espera a cada quien.
MORENA y PAS, los indiscutidos ganadores, estarán los próximos años en un gobierno de coalición y casi seguro para los próximos seis años, por lo que los veremos coaligados en las elecciones de 2024, y casi seguro en las de 2027.
Ambos partidos enfrentan el problema de identidad y confusión estratégica. Los primero se perfilará en la medida del gobierno que vayan desarrollando a nivel estatal y en los municipios, que muy probablemente será de corte liberal, sin excesos y conciliador, en el que desarrollarán una tendencia política hacia la pluralidad, la transparencia, la legalidad y mejores métodos democráticos.
Esto conllevará a ventilar los espacios sociales y políticos de Sinaloa, con nuevos aires que eleven el respeto, la tolerancia y la libertad de los individuos, lo que deberá empezar porque los partidos, MORENA y PAS, se institucionalicen como entes públicos de la sociedad y con gran vocación popular y democrática.
Lo que tienen que emprender MORENA y PAS es muy complicado, pero tendrán la ventaja que al nuevo gobierno de la 4T y PAS, eso les urge, y si sus partidos están anclados en la etapa opositora, donde la pureza ideológica y política es vital, pueden continuar en ese momento, pero ya no les será útil porque el gobierno les obligará a ser de todos, empezando por ser abiertos, flexibles, empáticos, plurales y ejercer una democracia social auténtica.
Esta es la contradicción principal, y comúnmente se empantana porque el gobierno siempre cree que el partido ya no es necesario, y lo desdeña y menosprecia a veces, al extremo de considerar que ya cumplió su papel y a guardarlo en el clóset.
Por eso no es fácil, aunque lo parezca, y he allí una decisión fundamental para que se dé la fortaleza compartida entre gobierno y partido, o el desgaste de una o de las dos partes.
La historia está llena de estas experiencias y la mayor de las veces de fracasos, por lo que el gobernador electo, Rubén Rocha, como el líder del PAS, Héctor Melesio Cuén, están obligados a encontrar ese equilibrio entre gobierno y partido, y partido y gobierno.
En política las batallas son eternas, y por ello los instrumentos deben siempre ser más y mejores, más aún en una transición política de raíz, que tiene ya citas pactadas y serán duras peleas por la consolidación aquí en Sinaloa, y por la continuidad en el país.
Para empezar, hay que decirlo por su nombre, el resultado de MORENA – PAS en la consulta del pasado 1° de agosto en Sinaloa fue malo. Alcanzó tan solo poco más de 110 mil impactos, cuando se obtuvieron 600 mil votos en la elección constitucional, comparada con el promedio nacional, fue muy bajo.
A nivel nacional, MORENA y sus aliados obtuvieron 16 millones de votos el 6 de junio, y el 1° de agosto fueron 6.6 millones, el 41%, mientras que aquí en Sinaloa fue el 18%, menos de la mitad, lo que representa un indicador malo para un candidato a gobernador que fue el más votado del país. Esto como ejemplo de que los partidos tienen que estar bien activos, quizás por encima del gobierno.