LOS RIESGOS DE ROCHA
• El poder
Por José Luis López Duarte
Para todo mundo, sea quien sea, siempre el escalar posiciones en la vida entraña sus riesgos, y entre más se eleva son mayores, tanto que bien se dice que “el poder marea” y entre más sea, más marea.
Por eso, llegar a ser gobernador de Sinaloa, la más alta investidura oficial que existe, lo convierte en la figura con más poder institucional y más aún en un sistema centralista y autoritario, como es el régimen político que tenemos.
Este paso puede transmutar en cualquier persona y es el riesgo más inmediato para quien llega a ser gobernador del estado, porque a partir de ese momento, todos los días se toman decisiones que afectarán o beneficiarán vidas y bienes, transformando quizá muchas veces a quienes afectan para bien o para mal.
Desde el pasado 06 de junio, Rubén Rocha se convirtió en otra persona, en el gobernador electo de Sinaloa, y a partir de entonces cada día que ha pasado, a medida que se acerca el día primero de noviembre, cuando asumirá el cargo de gobernador constitucional de Sinaloa, y así al paso del tiempo hasta que decline su mandato, por lo que es profundamente indispensable el mayor equilibrio, inteligencia y talento por mantenerse en todo momento sin marearse.
Rubén Rocha ha dicho que el “no va a perseguir a nadie”, y es cierto como voluntad política, pero como gobernante el tiene que, de acuerdo con su toma de protesta, “cumplir y hacer cumplir la ley”, lo que obliga a que todo ilícito, trátese del que se trate, debe atender que se aplique la ley con los órganos de gobierno correspondientes.
Es sano y civilizado esforzarse por una transición “de terciopelo”, pero no se deben olvidar las obligaciones que empiezan con la entrega del informe de la comisión mixta de entrega – recepción, y que tendrá 30 días para señalar las observaciones conducentes y medidas necesarias para que todo sea legal y en orden.
Porque muchas veces ocurre que cuando se llega se diga “yo no voy a ver para atrás, yo voy para adelante”, pero olvidando que es indispensable pensar primero a dónde han llegado y en qué se han sentado.
Sí, es muy civilizado realizar encuentros y visitas comunes entre los que llegan y quienes se van, pero cuando te llevan a un estadio como “El Kraken”, surgido no del mar como cuenta la leyenda, sino de una maniobra financiera y de acuerdos comerciales por lo menos truculentos, para no descalificar más, o a un edificio como el que se le compró a HOMEX, también bajo la misma sospecha, ya refleja en alguna medida que se empiezan a olvidar las cosas por el gobierno que llega.
Ojalá y no llegue a ocurrir que las cuentas públicas del gobierno del estado de 2019, que entrarán a revisión en el Congreso del Estado en los próximos días, se le dé tramite y la apoyen los diputados de MORENA, sin ir a fondono con todos los cuestionamientos que ya hicieron en la legislatura anterior, porque entonces sí habrá que preocuparnos por los mareos y el desatino.