En México no tenemos que comer: migrantes frustrados por Título 42 de EU

Migrantes en el norte de México expresaron el lunes su desesperación y frustración, luego de que el gobierno de Estados Unidos no logró levantar una política de la era de la pandemia que les ha impedido solicitar asilo en el país norteamericano durante más de dos años.

Una decisión de última hora de un juez federal en Luisiana el viernes hizo imposible que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos concluyeran el lunes esa política, conocida como Título 42.

Desde marzo de 2020 el Título 42 ha permitido devolver a más de un millón de migrantes de Estados Unidos a México y otras naciones.

Aquí en México, no tenemos que comer, tenemos que salir a las calles a pedir, nos hace mal que lo hayan alargado», se lamentó María Sánchez, una migrante hondureña que aseguró que ha pasado más de un año en el país con sus hijos.

Sánchez se encontraba entre más de cien migrantes que hacían fila bajo un calor sofocante frente al refugio Senda de Vida en Reynosa, fronteriza con McCallen, Texas.

Decenas de miles de migrantes han estado esperando en México, muchos de ellos por meses, el fin de la política. El CDC había dicho que las vacunas y otras herramientas ya no eran necesarias para ayudar a controlar la propagación de covid-19 en sus abarrotadas instalaciones.

«La frontera está completamente saturada», dijo Héctor Silva, pastor del albergue.

Estimó que unas 6 mil familias migrantes vivían en las calles de la violenta ciudad, con el riesgo de ser víctimas de extorsiones, secuestros y violencia sexual por parte de pandillas y grupos del crimen organizado.

El domingo por la noche, los migrantes protestaron y realizaron una vigilia entorno al puente internacional en Tijuana, que conduce a San Ysidro, Estados Unidos, con pancartas que decían «No más Título 42».

Me da rabia», expresó Verónica López­, quien se unió a la manifestación junto a su bebé de tan sólo cinco meses.

López huyó de su ciudad natal en el suroeste de México con su hija este mes. Relató que había sido atacada y violada por su expareja, y que planeaba presentar una petición para ingresar a los Estados Unidos el lunes.

«Solamente Dios sabe cómo nos va a ir a mí y a mi hija», dijo. «Temo por mi vida».

Con información de Excelsior.