En San Javier se preparan para ser Pueblo Señorial
Sectur los capacita para mejorar la atención al turista
San Ignacio, Sinaloa.- Los habitantes de San Javier, municipio de San Ignacio, quieren ser parte del catálogo de Pueblos Señoriales de México y para ello ya se organizaron a través de un comité.
La intención es atraer más turismo para compartir su riqueza histórica que data de fines del siglo XVIII, por ello están dispuestos a dar los pasos que se tengan que dar y cumplir con los requisitos reglamentarios para que el Gobierno Federal a través de la Secretaría de Turismo, les entregue el distintivo Pueblo Señorial.
De acuerdo con la SECTUR el distintivo Pueblo Señorial se otorga a pueblos con historia y tradiciones. El propósito es promoverlos y atraer turistas nacionales e internacionales.
Para acompañarlos en este proceso la Secretaría de Turismo a través de la Dirección de Innovación y Calidad, capacita a prestadores de servicios turísticos y personas de la comunidad.
Invitada por el Director de Turismo de San Ignacio, Carlos Piña Cruz, durante los últimos quince días, Valeria González Peraza, jefa del Departamento de Cultura y Formación Turística de la Sectur – Sinaloa, ha impartido dos cursos a los pobladores de San Javier.
Sus habitantes han demostrado gran interés por hacer del turismo sustentable, una práctica cotidiana que contribuya a mejorar la economía y generar bienestar, sin dejar de proteger sus recursos naturales.
San Javier, es un pueblo pintoresco ubicado a 107 kilómetros al norte de Mazatlán y a 25 kilómetros de la cabecera municipal de San Ignacio.
Fundado en 1633 por los misioneros de la Compañía de Jesús, San Javier es conocido por su fiesta tradicional de La Taspana, Patrimonio Cultural Intangible de Sinaloa, celebración anual que se lleva a cabo el tercer domingo de octubre.
Reconocido por sus famosos helados del pueblo, San Javier, ubicado a un costado del Río Piaxtla, enamora a quien lo visita por sus pintorescas casas con tejados de barro, sus calles adoquinadas y el trato amable y hospitalario de su gente.
Sus habitantes además de tener buen sazón para la cocina y ser expertos en la elaboración de jamoncillos y dulces de leche, trabajan la alfarería, el bejuco y son buenos para hacer escobas y trapeadores.
El Templo de San Javier cautiva al visitante, fue construido por los jesuitas y aun costado de la iglesia se encuentra el Museo que guarda objetos y documentos religiosos, una pequeña muestra del legado que dejaron los Jesuitas, así como utensilios y fotografías con la historia del lugar.