Comunicado de Angélica Díaz Quiñónez, esposa de Cuén Ojeda
A la sociedad en general:
Como mujer, madre de familia, esposa, abuela y política, quiero expresar lo siguiente:
Muchos han sido los ataques políticos que hemos recibido, muchas denostaciones de nuestro trabajo, muchos señalamientos que intentan a toda costa derrotar el liderazgo que como partido político se ha logrado. Sabemos que son tiempos políticos en los que hay que derrotar al rival más fuerte; y eso es lo que es en la actualidad y en la vida política de Sinaloa, el PAS les representa al Poder el enemigo a vencer a cualquier costa, incluso el de arremeter contra lo más sagrado de cualquier hombre: la Familia.
Dice el dicho que “No hay mal, que por bien no venga”, y es muy satisfactorio sentir la solidaridad, apoyo y bendiciones de tantos amigos, conocidos, compadres, personas que queremos y estimamos, así como de PASistas, universitarios, amigos, pero sobre todo de miles de personas que no tenemos el gusto de conocer, pero que a través de diversos medios nos han dejado saber que están con nosotros y nos apoyan ante la embestida política que todo el poder gubernamental tiene contra un solo hombre: el maestro Cuén, dicho por diversos medios de comunicación que han observado objetivamente todas estas acciones y que por ningún interés están de nuestro lado. A todos ellos, Muchas Gracias, porque esto nos deja en claro, que vamos por buen camino, pues si no hubiera posibilidades de lograr el cambio que todos los sinaloenses queremos, el Partido Sinaloense pasara desapercibido.
“La política es de tiempos y circunstancias y creo que ya se llegaron los tiempos de decir “basta”, hay que sacar la casta por el PAS, por nuestra gente, por nuestro Estado que está pasando por una ingobernabilidad en los diferentes sectores sociales y sólo basta ver los cientos de productores agrícolas que hoy luchan solos para sobrevivir”.
En medios de comunicación, que por cierto, uno está en proceso de desaparición y que sólo subsiste vendiéndose al mejor postor, plumas vendidas por personas indeseables, han difamado y denostado todo el trabajo empresarial y familiar que data desde hace 44 años, quienes sin sustento, sin una investigación verdadera, sino obedeciendo órdenes pues seguro así conviene a sus intereses económicos, pretenden denostar ante la sociedad nuestras empresas y el quehacer cotidiano familiar.
Si realmente quieren investigar, sólo basta ser objetivos y escribir lo que observan en las múltiples visitas en las que han estado en nuestras empresas, (Casa María, por mencionar una) se podrá ver no sólo la cantidad de empleos que generamos, sino la calidad de ellos, lo que sin duda sabemos es motivo de que contemos con una gran cantidad de clientes que acuden diariamente tanto a los restaurantes como a los laboratorios.
¿Qué critican? ¿El éxito? Si es así, esto no se adquiere de la noche a la mañana y a cualquier persona exitosa le cuesta mucho trabajo y dedicación; nosotros no hemos sido la excepción, hemos tenido bajas y altas, pero afortunadamente los resultados están a vista de todos, reitero, sólo basta con acudir, a cualquier hora o cualquier día, a uno de nuestros negocios que tanto han criticado, para darse cuenta del éxito que tienen, negocios que no se limitan a únicamente vender, sino le retribuimos a la sociedad con eventos altruistas, a través de la Asociación Héctor Melesio Cuén, en donde a diario cientos de niños y adultos mayores de muy escasos recursos se les otorga una tarde de mucha diversión.
No es pecado tener un patrimonio, al contrario, en la misma Biblia se puede leer en diversos libros y versículos, que es un deber de todos generar e incluso conservar el patrimonio que Dios nos ha permitido tener.
“Cuando se tiene un patrimonio, es una inversión donde se generan empleos y se pagan los impuestos y es justo que quien invierta obtenga una ganancia y esto hasta el presidente de la República lo ha remarcado en múltiples ocasiones, como el derecho a una ganancia razonable”.
“Nosotros durante 44 años hemos generado empleos, pagado impuestos, además nuestros hijos se les ha enseñado a continuar con la misma dinámica de inversión, trabajo y visión, no sólo de su padre, sino de sus bisabuelos y abuelos, que es sabido por todos quiénes son y qué forjaron”.