¿De qué está hecha la salsa inglesa y por qué debes moderar su consumo?
Para darle sabor a nuestra comida contamos con una gran variedad de condimentos en diversas presentaciones, entre ellos está la salsa inglesa.
Muchos aman su combinación de sabor dulce y ácido y lo utilizan en diversas preparaciones, pero pocos saben de qué está hecha y por qué su consumo debe moderarse.
El origen de la salsa inglesa tiene una curiosa historia.
Fue inventada en Worcester, Inglaterra hace más de un siglo. Se dice que fue creada en 1835 a petición de Lord Sandys, quien gobernó Bengal, India, durante la ocupación inglesa. Durante su mandato extrañaba la comida de su país y pidió a los químicos John Lea y William Perrins recrear su salsa india favorita.
Tras varios intentos Lea & Perrins lograron complacer al gobernante, pero les gustó tanto que guardaron un poco para venderla en su tienda. A los ingleses no les gustó la mezcla por lo que guardaron el frasco en una bodega y lo olvidaron.
Un par de años más tarde se reencontraron con la salsa que se había fermentado y descubrieron, para su sorpresa, que su sabor había mejorado.
Volvieron a poner la salsa a la venta y el resto es historia. Poco a poco se volvió popular en Europa y después en el resto del mundo.
Hoy es un ingrediente que se utiliza comúnmente para sazonar carnes, pescados, ensaladas, sopas y pizza. Pero su consumo regular no es recomendado y vamos a explicarte las razones.