Implosión del Titán pudo deberse a debilitamiento gradual de la estructura, dice experto
La «implosión catastrófica» que sufrió el sumergible turístico Titán en su viaje hacia el naufragio del Titanic pudo ser el resultado del «lento y gradual debilitamiento del material de la cámara» por la alta presión exterior, tras anteriores inmersiones a gran profundidad, dijo este viernes a EFE Roger García, director de operaciones de la base subacuática Aquarius en Florida.
«Basado en los escombros que se encontraron, lo que aparentemente ocurrió fue que la cámara de presión del sumergible no sostuvo a esas profundidades la alta presión, de hasta 5 mil 800 libras (2 mil 633 kilos)», lo que causó una «implosión instantánea», subrayó García, oficial de seguridad de buceo de la Universidad Internacional de Florida (FIU).
«Puede ser que, desafortunadamente, esta vez la cámara de presión no dio más. Pero esperamos que la investigación oficial pueda dar las respuestas que las familias necesitan». «La tripulación no tuvo tiempo ni de pensar en lo que estaba pasando», aseveró.
«Aunque (el Titán) ya había ido a esas profundidades anteriormente, cada vez que se sumergía la presión pudo debilitar el material de la cámara, gradualmente», apuntó el experto, un experimentado buzo con más de 20 años de servicio en la Marina estadounidense.
La diferencia de presión es tanta a esas profundidades que «pudo causar un fallo catastrófico en la estructura de la cámara de presión del sumergible».
Pese a que es muy difícil determinar todavía con exactitud cuándo y cómo ocurrió este fallo catastrófico, García precisó que, de no ser una implosión la causa, «el oxígeno disponible no es el problema» real.
El problema, en este segundo escenario de una posible pérdida de energía a bordo, sería el dióxido de carbono, ya que un nivel de este gas que alcance el 10% es muy tóxico y resulta letal, asegura.
Sobre la fiabilidad de batiscafos como el Titán, puntualiza que «siempre hay riesgos» y que, en el caso de este sumergible, «hay muchas variables en términos de construcción y procedimientos de certificación que deben ser evaluados».
Explica que, por ejemplo, el laboratorio de investigación submarino Aquarius, a 62 pies de profundidad (19 metros) en Cayo Largo, «fue construido siguiendo las leyes federales de cámaras de presión» y tiene inspecciones todos los años y una especial cada tres.
«No sabemos qué hicieron en este caso», dice en referencia al Titán, pero este siniestro llevará a «revisar cómo se construyen estos sumergibles y el tipo de inspecciones», añade.
En realidad, los peligros que entraña una expedición como la del Titán, son los mismos que se presentan con el Aquarius, solo que a menos profundidad.
Con información de El Universal