Necesario hidratarse bien antes, durante y después de tener actividad física, advierte especialista
Para mantener el cuerpo sano es importante beber agua, sobre todo cuando practicamos deporte y más en temporadas de calor intenso por la que hoy se vive, toda vez que al hacer actividad física se pierde una gran cantidad de líquidos en el organismo que si no se reponen pueden causar estragos, destacó Daniel Ramon Acosta López, director de la Facultad de Educación Física y Deportes (FEFyDE) de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS).
“Los que realizan actividad física por lo menos hay que beber un litro de agua una hora antes de hacer ejercicio, para cuando lleguen a hacer la actividad física ya estar hidratados, y durante el ejercicio son pequeños sorbos de agua para mantenerse un poquito hidratados, y después de hacer el ejercicio también hay que consumir alrededor de un medio litro de agua para poder recuperar más”, detalló.
El deportista y docente universitario señaló que todos saben que es importante mantenerse hidratado, ya que el cuerpo es al menos 60% agua. Pero hay muchos factores que influyen en cuánta agua se debe beber para mantener un organismo sano, por lo que también comentó que, si la persona es sedentaria, debe consumir al menos de dos a tres litros al día.
“El agua es la que nos suministra, nos distribuye todas las proteínas, las vitaminas, es la que nos hace la circulación, nos ayuda a esta parte”, manifestó
Acosta López expresó que mantener la hidratación adecuada antes, durante y después de la actividad deportiva, proporciona múltiples beneficios toda vez que ayuda a controlar la temperatura corporal para que no exista sobrecalentamiento, además activa las enzimas que proporcionan energía, lubrica las articulaciones y los tejidos, elimina toxinas e impurezas, entre otros.
Así mismo recalcó que si la persona no se hidrata adecuadamente previo a hacer actividad física puede ser peligroso, ya que el corazón se puede forzar aún más lo que redunda en bajo rendimiento, además de que se puede llegar a sufrir una insolación o hasta golpe de calor.