Notre Dame busca lucir su nueva aguja para los Juegos Olímpicos de París

La Catedral de Notre Dame se prepara para mostrar su emblemática aguja, que ya ha sido reconstruida, durante los Juegos Olímpicos de 2024.

Sin embargo, la apertura del templo tras el incendio de 2019 tendrá que esperar hasta el 8 de diciembre de ese año.

«La aguja de la catedral esté libre de andamios y sea visible en el cielo de París» durante los Juegos”, según anunció Philippe Jost, el nuevo responsable del organismo público encargado de la reconstrucción del templo.

París será la sede de los Juegos de 2024, que se llevarán a cabo del 26 de julio al 11 de agosto. A pesar de que la catedral no abrirá hasta diciembre, se reconoce que se acerca un momento crucial en su proceso de reconstrucción.

Durante el evento, se destacaron los oficios tradicionales que están siendo utilizados en el trabajo de restauración, como carpinteros de estructuras, vidrieros, expertos en cobre o plomo, y maestros canteros. Los principales responsables del proyecto explicaron que están en la etapa final del proceso.

La aguja de Notre Dame, uno de los símbolos más icónicos de la catedral, fue instalada en el siglo XIII y desmontada en 1792 debido al deterioro de la madera cubierta de plomo.

Fue reinstalada en el siglo XIX como parte de una importante reforma realizada por el arquitecto Eugène Viollet-le-Duc.

La parte esencial de la aguja, que incluye elementos de madera, estará instalada a finales de año dentro de un andamio que ya está en construcción en el crucero del templo.

En los primeros meses de 2024, se llevarán a cabo los trabajos de recubrimiento de plomo, la instalación de seis pequeñas campanas y la colocación del gallo en la punta, para que la aguja sea idéntica a la original.

La aguja será construida con roble verde, obtenido de árboles talados durante el invierno de 2021-22. Se han realizado análisis técnicos para garantizar que el proceso de secado de la madera, que lleva unos diez años, no afecte la estabilidad de la aguja una vez reconstruida.

La nueva Notre Dame estará equipada con sistemas avanzados contra incendios, incluyendo un sistema de vaporización en la zona de la carpintería de la techumbre, que emitirá agua vaporizada en caso de detectar un incendio.

La techumbre estará dividida en secciones estancas para evitar la propagación del fuego, y se han establecido accesos para que los bomberos puedan llegar a zonas altas.

También habrá un puesto de control de seguridad en el presbiterio para supervisar todas las alarmas y sensores de diagnóstico, con el objetivo de prevenir futuros desastres como el ocurrido en abril de 2019.

Mientras tanto, el trabajo continúa en diversas áreas del interior de la catedral, donde se ha avanzado significativamente en la limpieza y restauración, así como en la instalación de equipos técnicos en zanjas excavadas en el suelo.