El PAN retrasa el proceso de selección del candidato aliancista
Mientras que en la cancha del oficialismo retumban los tambores para anunciar que el parto de los montes será en agosto, mes en que se vivirá el destape de la corcholata ungida; en los terrenos de los opositores camina todo con una lentitud desesperante por el ritmo que impone el PAN para elegir al candidato de los aliancistas que competirá por la presidencia de la República.
Acción Nacional, que comanda Marko Cortés, es el partido político que tiene más fuerza nacional de la coalición conformada con el PRI y PRD, además lleva mano en la preparación de la convocatoria respectiva, y por qué no decirlo, varios de sus militantes destacados, como Santiago Creel, Lilly Téllez, Ricardo Anaya y varios gobernadores en funciones, como Mauricio Vila, de Yucatán, o Mauricio Kuri, de Querétaro, se mantienen en las encuestas por arriba de cualquier priista, como José Ángel Gurría, Enrique de la Madrid o Claudia Ruiz Massieu, por citar algunos.
Por ello, el embudo que está atorando que fluya el proceso de selección del candidato de la oposición, es el PAN y mientras mantenga ese marasmo, pues ni el PRI de Alejandro Moreno, o el PRD de Jesús Zambrano, se atreverán a presionar para acelerar el proceso, toda vez que por sí solos no tienen la fuerza para imponer un candidato ni para forzar los tiempos que ya tienen calculados los panistas en el destape de su candidato.
Además, no son tontos al buscar una senaduría para ellos, pues no quieren forzar las cosas más allá de lo razonable.
En tanto, la sociedad civil organizada también pugna, incluso por apoyar a un candidato único, aunque al carecer de liderazgos ciudadanos de peso nacional, se tienen que esperar para que salga humo blanco del cuartel de los aliancistas, en donde, insistimos, los azules tienen la sartén por el mango.
La mayoría de los simpatizantes del PAN no aceptarán apoyar a un aspirante con sangre priista y menos a un perredista, en cambio la militancia tricolor y amarilla bien podrían sumarse sin ningún resquemor a la cargada panista para apuntar la candidatura de “un sangre azul”.
En el Congreso, se fortalece la alianza entre el PAN, PRI y PRD con los senadores de Movimiento Ciudadano y el Grupo Plural y más ahora con el agandalle que hicieron los senadores de Morena y rémoras al aprobar al vapor y transgrediendo el orden constitucional, una veintena de reformas de la agenda legislativa del presidente López obrador.
Digamos que toda la oposición en la Cámara alta está unida y es deseable que se expanda a la colegisladora y paralelamente, por qué no decirlo, en el proceso de selección de un candidato único para la presidencia de la República y que, seguramente, la sociedad civil acogería de inmediato como suyo.
Sin embargo, lo hemos dicho hasta el cansancio en este espacio, los intereses partidistas y grupales que prevalecen en las dirigencias de PAN, MC, PRI y PRD, son una constante que, al final del día, impedirán construir una candidatura única con un proyecto de gobierno de coalición.
Toda crisis representa nuevas oportunidades para salir adelante, y es precisamente lo que tiene ante sí la oposición para transformar un escenario muy adverso en una oportunidad de oro para lograr la alternancia en 2024.
Con información de El Financiero