Elevar a rango constitucional que el aumento al salario no se fije por debajo de la inflación es una estrategia política de López Obrador, señala experto
La iniciativa que está por enviar al Congreso de la Unión el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador en la cual propone que nunca más el aumento al salario mínimo se fije por debajo de la inflación es positiva para los trabajadores, pero además forma parte de una estrategia política para poner en un dilema a la oposición, advirtió Ernesto Sánchez Sánchez.
El especialista en temas laborales de la Facultad de Estudios Internacionales y Políticas Públicas de la Universidad Autónoma de Sinaloa estableció que independientemente que 32 millones de trabajadores que están en la informalidad queden fuera de los beneficios de dicha iniciativa, lo que sí es un hecho es que la misma influirá en el ánimo de la clase trabajadora de nuestro país.
“Claro que va a repercutir, habría que ver cómo se pondría en estos meses, pero claro que va a tener una repercusión y esto tendría que ir vinculado con la cuestión de las pensiones”, reconoció.
Consideró que sería pertinente que en la misma iniciativa se propusiera que el aumento al salario mínimo se fijara en función del aumento de los 40 productos de la canasta básica que en ocasiones están por encima de la inflación promedio.
“La cuestión aquí es que la inflación no solamente depende o está en función de la cuestión salarial, si bien el artículo 90 establece que todo ciudadano debe de ganar lo suficiente para tener acceso a bienes materiales, sociales, culturales y educación, lo más idóneo y algunos expertos han señalado eso, es que sea en función de la canasta básica, no necesariamente de la inflación porque la inflación promedio muchas veces está por debajo de la canasta básica”, apuntó el investigador universitario.
Sánchez Sánchez, quien es académico y miembro del Sistema Nacional de Investigadores, observó que dentro de la Ley Federal del Trabajo ya existía esa disposición como ley laboral secundaria pero que ahora lo que el presidente está proponiendo es que esto se eleve a rango constitucional.
“También se presta a un juego político el poner a debate a la oposición si acepta o no acepta esta propuesta que lo más seguro es que la oposición la rechace y se retome después de las elecciones del 2 de junio”, comentó.
El especialista de la Facultad de Estudios Internacionales y Políticas Públicas de la UAS puntualizó que sin duda alguna es una estrategia de tipo político del Presidente con la cual trata de demostrar si la oposición avala o no avala una propuesta que busca el beneficio de los ciudadanos.