Amnistía, austeridad, Palacio Nacional: los cambios extravagantes que AMLO trae
México. (Olegario Quintero Informa).- La llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia plantea un cambio de paradigma en cuanto a la transición en el gobierno mexicano se refiere.
En boca de López Obrador, en su sexenio habrá «un cambio radical», «un cambio de raíz» que lo distinguirá de las administraciones pasadas. Incluso ha llegado a calificar a su mandato como la «cuarta transformación» del país, igualándola a la Independencia, la Reforma y la Revolución.
De esta manera, ha prometido durante la campaña un viraje en el sistema económico, austeridad del Estado, una amnistía, entre otros planteamientos.
Si por alguna razón no supiste cuáles fueron sus promesas más polémicas, aquí te dejamos un recuento de las medidas que –según ha dicho– se realizarán de manera inmediata con su llegada a la Presidencia.
Amnistía
En diciembre de 2017, López Obrador habló de explorar todas las posibilidades para enfrentar la violencia, «desde decretar una amnistía, escuchando a las víctima hasta exigir al gobierno de Estados Unidos que lleve a cabo campañas para aminorar el consumo» de drogas. Su planteamiento generó fuertes críticas entre sus detractores quienes vieron una puerta a la impunidad. Ya iniciada y avanzada la campaña, su equipo explicó que la amnistía está pensada para los campesinos y personas que hayan sido obligadas por criminales a sembrar o participar en algún punto de la cadena delictiva.
No más pensiones presidenciales
Quitar las pensiones a los expresidentes mexicanos es quizá la propuesta que más gritos ha generado Andres Manuel López Obrador en los mítines políticos. Al menos esa era la impresión que se generó cuando en campaña asegur
aba que Carlos Salinas, Vicente Fox, Ernesto Zedillo y Felipe Calderón -no mencionaba a Luis Echeverría- cobraban alrededor de 5 millones de pesos mensuales entre la pensión y el sueldo del personal civil y militar que labora para ellos con cargo al erario. López Obrador ha dicho que cancelar esta medida será fácil porque se trata de un acuerdo que firma el nuevo presidente quien resultará beneficiado al terminar su sexenio.
Adiós a Los Pinos
La residencia oficial que ha sido la casa presidencial desde 1934 cuando Lázaro Cárdenas del Río dejó el Castillo de Chapultepec dejará de ser tal para convertirse en un espacio de esparcimiento gratuito para la ciudadanía. AMLO ofreció destinar las 60 hectáreas de los inmuebles de la residencia oficial para el disfrute de los capitalinos y visitantes como parte del Bosque de Chapultepec, mientras él se muda a despachar desde Palacio Nacional.
El fin de los salarios altos
Andrés Manuel López Obrador asegura que la administración pública federal y los Poderes de la Unión han incumplido la Constitución al asignarse sueldos más altos a los del presidente de la República. El morenista se ha comprometido a bajarse a la mitad el salario -sin compensaciones- que hoy recibe el presidente (alrededor de 259,000 pesos menos impuestos). También ha dicho que todos los funcionarios deberán, como lo dicta la Constitución, ganar menos que él.
Sin avión presidencial
El presidente Enrique Peña Nieto estrenó un avión presidencial que se encargó desde tiempos de su antecesor, Felipe Calderón. Para guardar la aeronave se realizó un hangar a través de una adjudicación directa a Juan Armando Hinojosa, el empresario implicado en la venta de la casa blanca en Las Lomas de Chapultepec. AMLO ha dicho que el avión, su mantenimiento y el hangar costaron al erario 7,500 millones de pesos, por lo que en cuanto llegue a la presidencia lo venderá. «Ya se lo mandé a ofrecer a Donald Trump», ha repetido en distintas ocasiones.
En «veremos», el NAIM
La construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México está en «veremos». El proyecto de nación de AMLO asevera que se dejaría en operación la actual terminal aérea y se habilitaría la base aérea de Santa Lucía con dos pistas más. Empresarios como Carlos Slim han dicho que sería un error la cancelación del Aeropuerto en Texcoco. Ante las críticas, López Obrador ofreció en campaña que la obra continúe, pero pagada por la iniciativa privada.
Echar atrás la reforma educativa
López Obrador afirmó que al llegar a la presidencia cancelará «la mal llamada reforma educativa» y habrá un diálogo con los profesores. Durante la campaña, criticó que su creación e implementación careció de la opinión de los maestros, a quienes defendió a capa y espada.
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Revisión de la reforma energética
Los contratos ofrecidos en el gobierno de Enrique Peña Nieto para la realización de trabajos de extracción petrolera y otros serán revisados uno por uno y en caso de irregularidades en su entrega serán cancelados, repitió AMLO y su equipo en la campaña. Aunque no se ha dicho que se echará atrás la reforma energética, los documentos fundacionales de Morena dicen que se tienen que revertir todas las reformas estructurales.
Adiós a la centralización del gobierno
El presidente electo aseguró en campaña que las dependencias federales dejarán de estar en la Ciudad de México, de tal forma que se distribuirían por todo el país. En Chetumal, por ejemplo, estaría la Secretaría de Turismo, en Yucatán la de Medio Ambiente y en Guerrero la Secretaría de Salud. En Veracruz, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Secretaría de Desarrollo Social en Oaxaca, entre otros cambios.
La constitución moral
Al principio de su campaña, Andrés Manuel López Obrador ofreció que en su administración habría un catálogo de normas de conducta en el que participarían antropólogos, psicólogos, filósofos y otros especialistas creyentes y no creyentes. Tras las críticas, ya no mencionó la creación del documento cuyo fin sería «moralizar a México».
Adiós al Cisen
El presidente electo afirmó que una vez que tome posesión se eliminará la actividad del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) con lo que terminará el espionaje por parte del Estado. Su planteamiento es que la inteligencia y contrainteligencia en temas de seguridad nacional esté al mando de un centro especializado que operará en el ámbito de la seguridad pública.
A la par, se plantea la incorporación del Estado Mayor Presidencial -usualmente empleado para el resguardo del presidente y algunos familiares- en tareas del Ejército. Los altos funcionarios públicos, salvo los que tienen encomendadas tareas de seguridad, dejarán de contar con guardaespaldas de las dependencias de gobierno.
Con información de ADN político