¿Por qué Francia es la selección más competitiva del Mundial 2018?
Rusia. (Olegrio Quintero Informa).- Francia es la primera selección que luchará por el trono el próximo domingo en el Estadio Luzhniki de Moscú. Y lo hizo con poca posesión pero con gran robustez. Bélgica dominó y dejó tan buenas sensaciones como en encuentros anteriores, pero la fuerza bleu se mostró implacable. No es la selección que mejor juega del Mundial pero sí, y de largo, el combinado más competitivo. Un gol de estrategia tuvo la culpa. Después de pasar el partido por la lupa, aquí mi visión sobre las que fueron las claves de la primera semifinal:
Francia replegó bajo ya de inicio y cedió la mayor cuota de balón a los diablos rojos. Más bien de una manera voluntaria que no por no poder alcanzarla. De hecho, este fue el partido buscado por los bleus que, en este tipo de escenarios, se sienten casi invencibles a día de hoy. Tuvieron poco balón pero mucho punch ya que acabaron el encuentro con 19 disparos (10 más que los belgas). El principal argumento bleu fueron las cabalgadas justo después de cada recuperación. Kanté y Pogba salieron rápidos y súper potentes cada vez que recuperaron o cortaron balón. También Griezmann alguna vez. Y fue precisamente el delantero colchonero el segundo actor en ello ya que sus movimientos saliendo de zona crearon el espacio por donde se realizaron estas conducciones. Y se corrió al son de un Antoine Griezmann que, sin tocar el balón, se erigió en el principal artífice de ello. Francia cabalgó y cuando lo hace no sólo crea peligro sino que es síntoma inequívoco que el partido se acerca a sus intereses.
La jugada clave del partido tuvo lugar en el minuto 51. Y, cómo no, a balón parado, el mayor aliado de los bleu en situaciones complicadas. Le sirvió en cuartos ante Uruguay y de nuevo ayer para desequilibrar un duelo tan igualado. Un servicio perfecto de Griezmann al primer palo sumado a un arrastre fantástico de Pogba (que se llevó a Witsel) invitó al duelo posterior. Fellaini, marcando la corta de la portería en zona y en parado se vio superado por un Samuel Umtitique, primero dejó fuera de combate a Alderweireld, y, luego en carrera, ganó la partida por completo. El azulgrana no es superior por arriba al del United y los dos estaban bien situados. La diferencia está en el movimiento. Cuando se supera al jugador que marca al hombre y el balón lo tiene que recibir el que está en parado, existe alto riesgo. Además, el hecho que Roberto Martínez no sitúe nadie en el palo, penalizó aún más. Seguramente el único punto débil del marcaje mixto.
Otro partido espectacular de esta pareja que ya es, sin duda, el dúo defensivo con más potencial de la próxima década. Su aportación es tan global como decisiva. Umtiti ganó el 100% de los duelos aéreos y Varane 2 de 3. Sólo ellos realizaron 14 despejes en acciones de peligro belga y no fueron superados ni una sola vez a lo largo de los 90 minutos. Y por si esto fuera poco, sumar su peso en la estrategia que, ayer con Umtiti como protagonista, volvió a dar el pase a la final.
Bélgica intentó parar a las dos máximas estrellas francesas de maneras distintas. No lo consiguió del todo pero les condicionó. Los de Bob Martínez tuvieron como sagrado cerrar el espacio corto a Antoine Griezmann en repliegue posicional con una doble marca y cerrando el espacio largo al imparable Kylian Mbappé. Los belgas bascularon a defensa de tres fija en ataque y Vertonghen (marcador del delantero del PSG) nunca fue a su encuentro sino lo contrario. Aún y así, ambos son tan buenos que siempre dejan impulsos decisivos en los partidos. Mbappé dejó perlas futbolísticas (como las asistencias a Giroud o a Pavard) por sí solo porque es inevitable ante tal talento pero dejó la sensación de poder haber sido mucho más desequilibrante de lo que fue. Si bien es cierto que realizó 12 1vs1 su porcentaje de éxito fue del 58% y no disparó ni una sola vez. Buena incidencia, a pesar de la vigilancia, tuvo Antoine Griezmann que acabó con 6 disparos y varias acciones de peligro. Partido creciente con los minutos y notable el suyo a pesar de la vigilancia
Una vez más, Roberto Martinez volvió a mover ficha táctica en el cuadro belga. Esta vez fue Dembelé quien entró en el once para retocar la estructura. Bélgica se dispuso en un 4-2-3-1 asimétrico donde Hazard se abrió más a banda pero donde, sobre todo De Bruyne, actuó de media punta por el sector derecho. Justo en la brecha entre Matuidi y Kanté para crear la duda. Otro matiz fue el cambio de rol de Romelu Lukaku que fue un nueve más referencial que nunca para intentar fijar centrales. Y aunque ello no se vio reflejado en el resultado final, le sirvió a los belgas para dominar el juego. El partido acabó con un 63,7% de posesión para los diablos rojos. Aunque Francia es casi más sólida sin que con el balón.
El ayer lateral tuvo dos caras. Defensivamente, actuó de lateral recibiendo al jugador que entró en su zona (Lucas Hernández en la mayoría de ocasiones), pero su posicionamiento fue alto en ataque. Con ello, Bélgica intentó profundizar por el ya conocido lado tenue de Francia, que tiene en Matuidi un jugador más de refuerzo interior que de juego exterior. Un movimiento táctico tan interesante como insuficiente. Demasiado poco de Chadli en una franja favorable para dañar más en el robusto engranaje francés. 101 intervenciones fueron muchas para la poca incidencia que trasladó.
Si en la banda derecha Bélgica buscó la biocupación (Chadli + De Bruyne dentro) hasta el cambio de sistema, todo lo contrario ocurrió en la banda opuesta. Un Vertonghenenfocado plenamente a tareas defensivas no subió ni una sola vez y la banda quedó al completo para Eden Hazard. Y no fue casualidad ya que este fue claramente el objetivo belga. A diferencia de la mayoría de partidos, Lukaku no se movió del centro y no cayó a banda prácticamente nunca en todo el encuentro. Su misión fue la de fijar a los dos centrales franceses y no quitar espacio. El plan de Roberto Martínez pasó por hacer los máximos aclarados posibles a su mejor hombre, Eden Hazard. Aunque alguna vez exploró otras zonas (su forma de jugar le lleva a ello), sus compañeros le crearon múltiples situaciones propicias para el desborde. Y, a pesar de la derrota, demostró que es el crack en que mejor forma ha acabado el campeonato.
Lukaku sólo tuvo 22 intervenciones en todo el encuentro, Fellaini 37 en 80 minutos. En cambio, Eden Hazard ¡76! Y todas en zonas decisivas. El atacante que más participó (y de mucho) de todos los que jugaron la semifinal. Acabó con dos disparos y su desborde fue una barbaridad. El del Chelsea realizó 11 desafíos individuales ¡y ganó 10 ellos! Bélgica buscó esclarecer sus duelos con Pavard y, aunque ello no sirvió para plasmar un resultado mejor para los suyos, Eden Hazard demostró que la estrategia tuvo toda la lógica del mundo ya que brilló por encima de cualquier otro futbolista.
Con información de Vanguardia