Baja la cifra de penales estatales sobrepoblados, entre ellos los de Sinaloa

En los últimos cuatro años la sobrepoblación de las cárceles dejó de ser un común denominador en el país. Mientras que en 2014 había 24 estados con más internos que espacios disponibles en sus reclusorios locales, para 2019 la cifra se redujo a 11 estados con este problema. 

Y en los centros penitenciarios federales, el porcentaje de ocupación disminuyó al punto en que hoy más de la mitad de sus espacios disponibles están libres.

Esta reducción coincide con la entrada en vigor del nuevo sistema penal acusatorio que, como se publicó este lunes, eliminó la prisión preventiva automática en la mayoría de los delitos, lo que junto con otros factores contribuyó a que actualmente haya casi 60 mil personas en reclusión menos que hace cuatro años. Es una reducción de la cuarta parte de toda la población penitenciaria.

Los datos oficiales del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social (OADPRS) obtenidos por Animal Político vía transparencia muestran que, en 2014, en 3 de cada 4 estados existía un problema de sobrepoblación. En algunas entidades como el estado de México, Nayarit e Hidalgo, la población casi triplicaba los espacios disponibles, mientras que en otros como Ciudad de México se acercaba a casi el doble.

Para 2019, sin embargo, solo 11 los estados siguen reportando una población penitenciaria superior a la capacidad de sus reclusorios locales. Se trata de Nayarit, Quintana Roo, Jalisco, Puebla, Guerrero, Tabasco, Morelos, Hidalgo, Chihuahua, Durango y Estado de México.

Entre los estados que registraron un mayor descenso en su población penitenciaria en este periodo se encuentra Colima, Chiapas y Sinaloa, con caídas de 40 a 60% en su número total de internos. En números absolutos la Ciudad de México es la entidad con la mayor reducción en cuanto a cantidad de internos: casi 15 mil menos.

En 2014, el 42%de los internos en el país eran personas que continuaban bajo proceso sin que se hubiera probado aun su culpabilidad, mientras que el 58% restante eran internos sentenciados. Para 2019 el porcentaje de internos de forma preventiva se redujo a un 38% respecto al total, mientras que el de reos sentenciados se elevó a 62%.

Esto confirma lo advertido por varios expertos respecto a que la disminución en el total de población penitenciaria obedece, en buena medida, a que se ha dificultado el someter a prisión preventiva a un mayor número de personas bajo el nuevo sistema, lo que ha disminuido el ingreso de presuntos culpables a las cárceles. Si a ello se suma la salida de personas que cumplen su sentencia, la consecuencia es una rápida disminución de la población carcelaria.

Al analizar esto a nivel estatal se confirma el fenómeno, aunque no en todos los casos.

Por ejemplo Colima, la entidad con la mayor caída de su población penitenciaria en este periodo: casi al 61% de todos sus internos. Ahí el número de reos sentenciados disminuyó 30.4%, mientras que la cantidad de presuntos culpables sin sentencia cayó 75.5%. Es decir, se trata de una reducción mucho mayor en el universo de personas en prisión preventiva.

En Chiapas, la segunda entidad con la mayor reducción de su población penitenciaria, la situación es más pareja: tanto el universo de internos sentenciados como el de procesados se reduco casi a la mitad. Pero en Sinaloa, el tercer estado con la mayor disminución, la proporción vuelve a ser como en Colima: los internos en prisión preventiva se redujeron 55%, mientras que los sentenciados 32.1%.

Con información de Animal Político

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