Sinaloense, un escultor de la naturaleza en Hermosillo
Desde los 16 años de edad Manuel Fernando López Hernández esculpe figuras en los árboles y arbustos de cientos de casas y empresas de Hermosillo, labor que realiza como jardinero y que durante 36 años le ha dejado muchas satisfacciones.
Manuel Fernando, de 52 años de edad, es originario de El Rosario, Sinaloa, llegó a Hermosillo cuando era apenas un adolescente y tuvo que aprender el oficio familiar para ganarse la vida, el cual desde entonces ha sido su pasión.
«Con el paso del tiempo aprendí, comenzamos a trabajar de muy chamacos en el trabajo este. Tenía unos parientes jardineros y ahí continuamos la tradición. Llegué aquí a los 16 años y llegamos y aprendimos.
«Andamos por toda la ciudad», dijo, «desde darle mantenimiento de jardín, diseños, hacer jardines nuevos, de todo un poco».
NO ES TAN FÁCIL
Venados, palomas, gallos, gallinas, jirafas, caballos, un vaquero y hasta un perro que está orinando, es lo que Manuel Fernando puede llegar a crear. Su imaginación no tiene límites y se adapta a las necesidades de sus clientes, ya que así fue como comenzó a plasmar sus creaciones en los árboles.
«Lo que más me piden en los jardines son bolas, son cuadros y hongos, porque una figura en forma cuesta y no mucha gente la quiere pagar, y no es tanto lo caro, sino que para hacer una figura es muy lento, el proceso es de que comienza uno y a los dos o tres meses va agarrando la forma poco a poco y eso es lo caro», explicó.
Figuras de hasta más de tres metros de alto adornan el exterior de su domicilio ubicado al Norte de Hermosillo, el cual ha construido con profesionalismo, dedicación y mucho tiempo, ya que éste último es clave para que se logre la escultura deseada.
«Por ejemplo, este antes era un perro orinando, con una pata al aire, pero fue creciendo (el árbol) y lo convertí en un burro, pero ahorita lo llevo en proceso para quitarle la trompa y hacerlo una jirafa de la misma figura, ya que va creciendo la planta.
«Antes nos pedían mucho lo que era el espiral, en las benjaminas, pero por ejemplo, la figura que antes tenía en bolitas, ahora lo convertí en un vaquero, con su sombrero y hasta pistola le estoy haciendo, pero todo se tiene que hacer con paciencia, porque el caballo tiene 2 años formándose», indicó.
Con información de El Imparcial