En la raya: HÉCTOR MELESIO CUÉN, el impulso
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Por José Luis López Duarte
Conjuntamente con Rubén Rocha en la precandidatura a gobernador, también destaca el ex rector Héctor Melesio Cuén Ojeda, quien también cuenta con amplia trayectoria y blasones suficientes para encabezar la contienda.
Héctor Melesio Cuén es un político que ya supera las cuatro décadas en la actividad política y su característica principal es el impulso, la fuerza, su coraje para materializar las cosas, cualidades fundamentales en el mundo de la política, porque lo que distingue a un político que trasciende del que no son sus hechos y eso es un rasgo sobresaliente que consta en la carrera del también ex rector.
Para nadie es un secreto que las bases políticas y legales de la reforma universitaria que transformó el proyecto de universidad crítica, democrática y popular (UDCP), diseñado a fines de los años setentas y que rigió la vida de la UAS hasta principios del siglo XXI, su modificación y actualización se inició en 1993 el mandato como rector de Rubén Rocha Moya, pero quien materializó dicha reforma y le dio vida institucional a partir del 2004, fue Héctor Melesio Cuén, cuando asumió la rectoría de la UAS.
Pasaron diez años para que pudiera concretarse el nuevo proyecto universitario y desde entonces la UAS vivió otro nuevo impulso que aún prevalece.
También debe reconocerse a Héctor Melesio Cuén la creación de un partido local, que durante mucho tiempo múltiples sinaloense habían añorado un partido político genuinamente sinaloense, con identidad local y obviamente autogobierno local, porque los partidos nacionales, esencialmente el PRI, históricamente imponía las condiciones en su partido desde México, subordinando a todos los liderazgos locales.
El último partido local se había creado en 1940 por el cardenismo sinaloense que impulsó la candidatura del Rodolfo T. Loaiza en contra del candidato oficial del Partido de la Revolución Mexicana (PRM), padre del PRI, que encabezaba el ingeniero Guillermo Liera Berreleza y también compitió el ex gobernador y general Ramón F. Iturbe, en un intento por dividir a los militares que apoyaban al cardenista.
En 1965 se intentó por «El Gallo de Oro» Enrique Peña Batiz la creación de un partido local con el movimiento Francisco I. Madero sin lograrlo, siendo 70 años después de que Rodolfo T. Loaiza hizo su partido local y ganó la gubernatura, ya en el marco de la alternancia política y con el liderazgo de Héctor Melesio Cuén, se funda el PAS (Partido Sinaloense) concretando anhelos de muchos y respondiendo de alguna manera a una tendencia muy efímera (por difícil) de las candidaturas independientes y locales.
Esas han sido las fortalezas del proyecto político de Héctor Cuén cuyo principal obstáculo es la existencia de una república centralista que no tolera las localías y aplasta cualquier movimiento regionalista, fenómeno cultural que obviamente abruma al proyecto cuenista, pero el movimiento, la aspiración y el impulso de su liderazgo prevalecen, juegan y van a tener roles que pueden ser decisivos en la sucesión y transformación de Sinaloa, que necesariamente transitará por una amplia coalición, donde el PAS y Cuén serán piezas muy importantes.