Violencia, rituales y grabaciones: ONG identifica patrones de abuso sexual en escuelas

Corría el año de 2011 y la entonces Procuraduría General de la República buscó a la Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia (ODI) para pedirles apoyo en la atención de 30 menores de entre 3 y 5 años que habían sido víctimas de abuso sexual en un preescolar público en la ciudad de México. A partir de la denuncia y señalamientos hechos por los padres y los menores, testimoniales recopilados por la ODI desde 2008 y que resultaban confusos, lo confirmaron: niñas y niños son víctimas de violencia sexual organizada en sus escuelas.

“Lo que vemos es que los patrones no sólo son llamativos por la cantidad de niños y la cantidad de agresores, sino que el tipo de violencia es muy inusual. Se trata de violencia con elementos ritualísticos y escenificaciones, así como la presencia de cámaras (de video) que pareciera tratarse más bien de la producción de material de explotación sexual (…) entre más pequeños son las víctimas de explotación sexual infantil, más extrema es la violencia”, dice Margarita Griesbach, directora general de la ODI.

La primera denuncia en 2011 destapó una situación que resultaba difícil de creer: más de 30 niños y niñas, estudiantes del preescolar público Andrés Oscoy ubicado en la hoy alcaldía de Iztapalapa, en la ciudad de México, habían sufrido abuso sexual en la escuela.

De los testimonios de los menores se detectó a 10 personas -desde la directora del plantel hasta el personal de intendencia- como sus agresores directos. Doce menores describieron ser agredidos por más de un adulto de manera simultánea.

“Lo vivido por los niños y niñas no se trata de varios agresores que coinciden en una misma escuela, sino de un grupo de personas que de manera coordinada y conjunta agreden a los alumnos”, se lee en el informe “Es un secreto. La exploración sexual infantil en escuelas” coordinado por la ODI y acompañado por los activistas y académicos: Karina Ansolabehre, Maite Azuela, Lydia Cacho, Denise Dresser, Manuel Gil Antón, José Guevara, Lorenzo Meyer, Juan Martín Pérez y Luis Daniel Vázquez.

En el documento, se exponen a detalle los casos de tres escuelas de nivel preescolar -en la CDMX y el Estado de México- en donde se advierte sobre los patrones delictivos que apuntan que jardines de niños y primarias han sido utilizados como espacios para la comisión de delitos de explotación sexual infantil en línea.

Las agresiones descritas por los menores resultan inusuales en casos de abuso sexual infantil ya que narran abusos extremos ejercidos con violencia. Algunos refirieron ser amarrados o amordazados y una niña dice haber sangrado. Asimismo, las víctimas dijeron haber sido sometidas a dinámicas y rituales grotescos.

Con información de Animal Político.

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