EL REGRESO A CLASES • ¿Cómo reiniciar?

Por José Luis López Duarte

Ha habido mucho interés porque niños y jóvenes regresen a clases presenciales en todo el país, situación que todos esperamos que así sea, tanto por salud mental, académica, social y económica (recordamos que el 15% de las escuelas son negocios privados y que la mayor parte de los padres de familia trabajan), necesidades todas indiscutibles, pero que no se pueden sobrevalorar sobre los obstáculos para que el regreso a clase ocurra.

En primer término, tenemos el problema de la pandemia, que por más optimismo con el que hable el gobierno al respecto, solo el 25% de la población está vacunada.

Segundo, los hechos de que no hay vacuna aún para los niños, que han surgido cepas más agresivas que cada vez contagian a más niños, y jóvenes y que todos somos potenciales portadores, hacen muy difícil, por no decir imposible, el control sanitario.

Tercero, buena parte de las instalaciones de los centros escolares no están en condiciones apropiadas, cuando informan que carecen de agua y drenaje, como seguramente también de instalaciones eléctricas y equipos electrónicos de todo tipo, después del abandono de más de un año en que han estado las instalaciones escolares.

Cuarto, todavía no se normaliza el regreso al trabajo de todo el personal administrativo de las dependencias del gobierno y se desconocen las condiciones de su trabajo y desempeño.

No son pocas las aristas complicadas que tiene el que niños y jóvenes regresen a clases presenciales como ya se evidenció con el ensayo que hicieron en muchos estados del país, y que prácticamente han mostrado las limitaciones, surgiendo una pregunta: Si en el mejor de los casos el funcionamiento de clases presenciales resultara cien por ciento eficiente, solo es factible atender en ese cien por ciento al 50% de la matrícula, es decir, a la mitad de los alumnos inscritos ¿Cómo se atendería a la otra mitad?

Es cierto que la solución se plantea como una medida gradual, pero el gobierno de la república está pensando en regreso a clases total para el mes de agosto, y eso es imposible.

No se puede, como ya lo demostró la serie de contagios que empezaron a tener algunos alumnos (15), las fallas para que funcione un sistema parcializado como el que están implementando y las carencias en las escuelas (agua, drenaje y luz) que boicotean su buen funcionamiento.

El problema de regularizar el sistema educativo nacional está íntimamente ligado a la solución de la pandemia y la crisis económica.

La pandemia llegó para quedarse y su manejo tiene dos prerrequisitos: La vacuna universal y medicamentos eficaces. Y las dos están lejos aún de que el gobierno mexicano alcance esos objetivos.

Y por último, nos encontramos a las puertas no de un rebrote de la pandemia, sino muy probablemente una tercera ola más agresiva y letal. Ojalá y esté exagerando… pero más vale.

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