LA LXIV LEGISLATURA


• La primera llamada
Por José Luis López Duarte

Hoy a las 11 horas estarán tomando protesta de ley los diputados que integrarán la LXIV Legislatura del Congreso del Estado de Sinaloa, después de que ayer se instaló la comisión de entrega recepción de Quirino Ordaz, gobernador saliente, y Rubén Rocha, gobernador electo.

Ambos son actos republicanos que establece la ley y los dos se conectan directamente, porque inmediatamente el Congreso del estado, cuando concluya la Comisión de Entrega Recepción, tendrá la evaluación del gobierno de Quirino Ordaz, y de alguna manera se involucrarán de inmediato en las consecuencias del diagnóstico, representando la primera llamada de la que será la relación entre el poder ejecutivo y legislativo.

Entonces empezaremos a ver cuál será la ruta de cada uno en la forma inmediata que abordará el gobierno.

Ya veremos si el gobernador Rubén Rocha decide ir a fondo en la transparencia y legalidad de la administración anterior, y si el Congreso del Estado estará en la misma línea o tendrá otra.

Estas definiciones serán muy importantes, porque nadie en el servicio público determina su acción según su vocación, sino que debe hacerlo de acuerdo con lo que la ley establece.

No son asuntos de filias ni fobias, es simplemente un ensayo riguroso de la aplicación de la ley, para establecer las bases en las que arrancan el gobierno del estado y los gobiernos municipales.

Porque, seguramente, en más de una habrá irregularidades, omisiones y hasta violación de la ley, que su gravedad muy probablemente obligará a judicializar el acto administrativo de la entrega recepción.

Por eso, no se puede hablar de si los nuevos gobernantes tienen o no ánimos persecutorios, asumir la responsabilidad del gobierno y el primer acto de cada gobernante será conocer el estado en que le entregan el gobierno, situación que deberán informar a toda la sociedad y los organismos correspondientes.

Resultado en el que la LXIV Legislatura deberá ser muy acuciosa, porque allí radicará su rol en la transparencia y rendición de cuentas.

Que tanto énfasis pongan en ello redundará en beneficios, o perjuicios, según sea el caso, donde lo más pernicioso sería dañar la confianza de la sociedad, y particularmente a quienes les dieron el voto a la mayoría de diputados.

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