Los anfibios mexicanos se encuentran en declive ante el cambio climático, la desecación de lagos y las enfermedades, señala experta
Con más de 200 especies de salamandras en México, nuestro país se ubica a nivel mundial como uno de los más ricos en número ocupando el segundo lugar y Sinaloa tiene una distribución amplia de una de las especies de Ambystoma, compartió la curadora de la Colección Nacional de Anfibios y Reptiles del Pabellón Nacional de la Biodiversidad.
Sin embargo, los anfibios mexicanos están en situación grave de declive, el cambio climático, la desecación de lagos y las enfermedades emergentes infecciosas, son algunas de las causas de que ciertas especies de esta gran familia se estén extinguiendo, expuso Gabriela Parra Olea a estudiantes de la Facultad de Biología de la nueva universidad, en el ciclo de conferencias Investigación y Conservación de Anfibios en México.
La investigadora del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien viajó a Culiacán para ser parte de este ciclo de conferencias y como parte de la vinculación con la UAS y la relación con la investigadora Yamel Rubio Rocha, destacó que por primera vez en el norte de México gracias a estos lazos se encuentran trabajando en este proyecto bajo una gran colaboración.
“Somos muy afortunados de haber establecido este convenio de colaboración con la UAS, y quedamos totalmente abiertos y nos encantaría tener alumnos a que vayan allá, hacer una estancia, un taller, una tesis, un servicio social, lo que sea hay mucho por conocer y el conocimiento se tiene que distribuir”, expresó.
De la situación que enfrentan nuestros anfibios, indicó que al estar secando sus lagos y contaminándolos poco a poco estas poblaciones se están llevando a la extinción.
“la desecación de los lagos es un tema severísimo, todos estamos viviendo actualmente la sequía, resultado del año pasado y este año estará igual, va uno a las lagunas y a los lagos donde están los Ambystomas y están totalmente secas donde están las salamandras, ahora están tienen la capacidad de enterrarse, no sabemos por cuántos años, pero si la sequía es permanente, porque dragan los lagos también, cuando salgan no habrá humedad”, señalo.
Por si esto no fuera poco, añadió otro de los problemas a los que se enfrenta esta especie es la modificación del hábitat, debido a que quedan aisladas por las grandes urbes, lo que conlleva a que sus poblaciones se estén fragmentando, llevándolos a un paso acelerado de vías de extinción.
Grandes lagos, añadió, reportan un incremento de varios grados de temperatura, lo que hace que la cadena trófica se esté rompiendo desde muchos puntos y esta esté cambiando llevándolos a que estos anfibios se adapten a lo que hay en relación de alimento.Del impacto, que conlleva como un efecto dominó, destacó Parra Olea “todos somos parte de un ciclo y de un sistema”.
Como dato, mencionó que los anfibios son bioindicadores del sistema, que estos son resilientes a ciertas enfermedades, temperaturas y contaminación del agua, pero hay niveles en los que ya es irreversible, una de estas especies es la que conocemos por el billete de cincuenta pesos, un ajolote que en vida libre ya no está, no hay manera de restituirse, y que hoy permanece en cautiverio.
Parra Olea, pidió hacer una mayor difusión sobre la importancia de estos anfibios, amar y respetar a la naturaleza aceptando que somos parte de un mismo sistema, en pro de la conservación de la naturaleza en general.