Mexicanos en la mira del Vaticano

Tras el fallecimiento del Papa Francisco el 21 de abril de 2025, la Iglesia Católica se prepara para un momento histórico: la elección de un nuevo pontífice. En este contexto, dos cardenales mexicanos figuran entre los elegibles para convertirse en el próximo Papa, aunque sus posibilidades son consideradas moderadas frente a otros contendientes internacionales.

Se trata de Carlos Aguiar Retes, Arzobispo Primado de México, y Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara, ambos con derecho a voto en el próximo cónclave debido a que no han alcanzado los 80 años de edad, límite establecido para participar en la elección papal.

Carlos Aguiar Retes, de 75 años, ha tenido una destacada trayectoria eclesiástica. Nombrado cardenal por el Papa Francisco en 2016, ha presidido la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), además de ser designado presidente delegado en el Sínodo de los Obispos de 2023. Su experiencia en la pastoral y su cercanía a la visión reformadora de Francisco podrían ser factores a su favor.

Por su parte, Francisco Robles Ortega, también de 75 años, fue creado cardenal por el Papa Benedicto XVI en 2007. Participó en el cónclave que eligió al Papa Francisco en 2013 y ha ocupado importantes cargos, como la presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano. Su perfil es considerado más conservador y tradicional, lo que podría atraer a ciertos sectores dentro del colegio cardenalicio.

Cabe mencionar que México cuenta con otros cuatro cardenales —Norberto Rivera Carrera, Juan Sandoval Íñiguez, Alberto Suárez Inda y Felipe Arizmendi Esquivel— quienes, al superar los 80 años de edad, no son elegibles para votar ni para ser electos.

¿Cómo se elige al nuevo Papa?

El proceso de elección del Papa se lleva a cabo a través de un cónclave, una reunión exclusiva de cardenales menores de 80 años en la Capilla Sixtina, en el Vaticano. En un ambiente de estricta confidencialidad y sin contacto con el exterior, los cardenales deliberan y votan en múltiples rondas.

Para ser elegido Papa, un candidato debe obtener una mayoría de dos tercios de los votos. Las votaciones pueden prolongarse durante varios días hasta alcanzar el consenso necesario. Cada jornada suele celebrarse en cuatro rondas de votación, y tras cada escrutinio, las papeletas se queman: el humo blanco indica que ha habido elección; el humo negro, que aún no hay acuerdo.

Aunque tradicionalmente el Papa suele ser un cardenal, cualquier varón bautizado puede ser elegido, aunque esto sería altamente inusual en la práctica moderna.

La expectativa crece tanto dentro como fuera de la Iglesia sobre quién será el sucesor de Francisco, y aunque los cardenales mexicanos no figuran entre los favoritos principales, su experiencia y perfil les otorgan un papel importante en esta decisión histórica.