Sinaloa y la guerra por el huachicol
Sinaloa. (Olegario Quintero Informa).- Al caer la noche del domingo 15 de abril, un comando integrado por más de 10 camionetas de modelo reciente irrumpió en la sindicatura de Culiacancito, al norponiente de Culiacán, y privó de la libertad a 12 jóvenes. Un video difundido en redes sociales por ciudadanos da cuenta de una fila de camionetas sobre un camino de terracería contiguo a un canal de riego.
Hombres armados, encapuchados y con equipo táctico parecen controlar el flujo vehicular de la carretera. Al pasar por el control de los armados, se escucha la voz de un supuesto sicario: «Si ve a la familia le dice que ya no venga», suelta mientras el conductor, sin detener la marcha alcanza a decir: «Okey».
El operativo para privar de la libertad a los jóvenes se extendió por comunidades como Bacurimí, Bellavista y La Higuerita, el corredor huachicolero de venta y extracción de hidrocarburo «ordeñado». En ésta última, el 25 de julio y el 24 de octubre de 2017 sucedieron sendas explosiones en el poliducto que dejó cuantiosos daños materiales y expuso a la población a riesgos.
Durante la noche del domingo no se reportaron tiroteos ni presencia del Ejército ni de las corporaciones policiacas, según testimonios recogidos de habitantes de la región. Fue a las 03:00 horas del lunes 17 de abril cuando se desató el enfrentamiento a kilómetros al norte de ahí, en la comisaría de El Limón de los Ramos.
Videos y testimonios de pobladores señalan que la refriega duró más de una hora y se dieron en diferentes puntos, entre ellos la carretera Internacional México-15. La Fiscalía General del Estado, en voz de la vicefiscal Nuria Alejandra González Elizalde, informó que oficialmente encontraron en el lugar una camioneta Hilux Toyota color blanco con impactos de bala y armas y cartuchos en su interior, así como una unidad, una Nissan Frontier incinerada. Solo fue localizada una persona herida, dijo.
«Esta Fiscalía lo que se permite informar es que se localizó a una persona herida aparentemente en el lugar, que viajaba en un automóvil Corolla 2017. De los primeros elementos y primeras pruebas se determina que pasaba por el lugar de manera circunstancial, es decir, no formaba parte del enfrentamiento», apuntó en conferencia de prensa.
Se trata de un médico que iba acompañado de familiares que quedó en el fuego cruzado. Su estado de salud no fue reportado como grave. En cambio, sobre el «levantón» múltiple, la vicefiscal indicó que en el transcurso del miércoles se presentó una sola denuncia. Familiares de la víctima informaron a la Fiscalía que el joven privado de la libertad se encontraba en su casa cuando irrumpieron sujetos armados.
«Esta persona se encontraba en su domicilio en el ejido La Higuerita, sindicatura de Culiacancito, cuando llega una camioneta, descienden cuatro individuos, se introducen al domicilio, lo suben a la camioneta y se lo llevan», comentó González Elizalde. Sobre el resto de los jóvenes, mencionó que no hay denuncias. De forma extraoficial se informó que algunos de los secuestrados fueron liberados.
Fue la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) la que confirmó que la pugna violenta se debe por el control del mercado de combustible robado. «Se debe a la ley de la oferta y la demanda, si hay mercado, seguirán robando», sentenció el teniente Cristóbal Castañeda Camarillo, subsecretario de seguridad pública.
Fuentes de la Ministerial y de la Fiscalía del Estado aseguran que se trata de una disputa abierta entre los hijos de Joaquín Guzmán Loera y su hermano Aureliano Guzmán Loera, alias «El Guano», por dominar el mercado negro del huachicol en la región central del estado.
«En el 2017 fue un mercado dividido y controlado por varias facciones del cártel, ahora Iván Archivaldo y su tío El Guano pelean por quedarse cada grupo con todo el control», detalló una de las fuentes consultadas.
Oficialmente, según Castañeda Camarillo, se trata de bandas criminales en disputa gracias a la existencia de un mercado negro, pero las fuentes que solicitaron el anonimato por cuestiones de seguridad, señalan que Los Chapitos se encuentran en plena limpia de huachicoleros para imponer su dominio. Los sobrinos y el tío, que a la captura y extradición de «El Chapo» ascendieron en el poder de la estructura del cártel de Sinaloa, van por el «oro negro». Nadie extrae, nadie vende si no es autorizado, de ahí que busquen a todos los que se dediquen a esta actividad en la región adyacente al poliducto, indican las fuentes.
La nueva pugna del «huachicoleo»
Hasta 2014, la familia de Ana contaba con un depósito clandestino de gasolina extraída ilegalmente del poliducto de Petróleos Mexicanos (Pemex) en la pequeña comisaría de El Limón de los Ramos, a 15 kilómetros al norte de Culiacán, Sinaloa. Pero en ese año, recuerda, unos hombres acudieron al pueblo a decirles a todos los vendedores de combustible «ordeñado» que «se dejaran de este negocio».
Por años, esta actividad ilícita -que le ha costado miles de millones de pesos en la última década a la paraestatal,- era realizada por bandas criminales que no tenían relación con la cúpula de los cárteles en Sinaloa. Ahora que la demanda ha aumentado por el incremento de los precios oficiales, el narcotráfico en esta zona del país decidió hacerse de ese negocio.
«Antes eran unos cuantos que se iban a hacer las ordeñas, la mayoría jóvenes como hoy, y en el pueblo había hasta casas con letreros escritos en cartones donde se anunciaba venta de gasolina y diesel, ahora ya son los pesados los que controlan todo», comenta Ana, que desde que la comunidad recibió la visita de gente armada, optaron por ya no vender el «oro negro» de estos lugares.
La joven, ahora de 32 años, recuerda cómo apenas en 2010 al 2011 eran enrolados muchos chicos, incluso menores de edad, no solo de El Limón sino de otros pueblos aledaños. Entonces no había violencia contra ellos. Los pleitos eran otros, refiere, solo evadir a los elementos de Seguridad Física de Pemex o del Ejército que hacía ronda por los alrededores.
«Ahí andaban hasta plebes (muchachos) de secundaria que ni les pagaban nada, solo por el gusto de andar en las madrugadas chupando los ductos», cuenta. Ni siquiera eran conocidos como «huachicoleros», sino simplemente como «robagasolinas» o «chupaductos». El auge empezaría justo cuando a nivel nacional salió la palabra «huachicol» en el estado de Puebla, otro punto rojo en el país donde se concentra una de las zonas con mayor robo de combustible, en el conocido «triángulo rojo». El término derivó de la banda de «huachicoleros», como se hicieron llamar en esos municipios, y así el término se popularizó y hasta se conjuga.
Escala la violencia en el territorio huachicol
El crimen organizado en Sinaloa se apoderó de la franja que va de Angostura, Salvador Alvarado, Mocorito y Culiacán, por donde pasa el poliducto número 10 de Pemex, el cual tiene una longitud de 222.2 kilómetros, e inicia en el puerto de Topolobampo, en Ahome, hasta terminar en Culiacán, en los contenedores ubicados en el sector industrial de la capital sinaloense.
El año pasado, Sinaloa se posicionó en el noveno puesto en denuncias de tomas clandestinas, con 384 querellas interpuestas por Pemex al ministerio público federal. A la par, se incrementó el aseguramiento de unidades cisternas con miles de litros de hidrocarburo hurtado, así como explosiones e incendios en tomas clandestinas que pusieron en riesgo a la población en la ciudad de Culiacán y la zona rural del municipio. Según un reporte de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSP), en 2017 se decomisó un total de 497 mil 102 litros de combustible robado.
Pero fue a partir de este 2018, cuando la violencia de los cárteles incrementó, junto con el aumento de tomas clandestinas localizadas y taponadas por Petróleos Mexicanos. Según los reportes de Pemex Logística, en el primer bimestre del año en curso hubo un aumento del 209% con respecto al primer bimestre de 2017, lo que sitúa a la entidad en el sexto lugar nacional.
Desde que inició el año, presuntos huachicoleros han sido asesinados en distintas partes de Culiacán, pero fue el 27 de febrero cuando uno de los hombres cercanos a Iván Archivaldo Guzmán Loera, «El Chapito», hijo de «El Chapo» Guzmán, fue abatido por elementos del Ejército al tratar de escapar de un cateo, según la versión oficial de la SEDENA. De acuerdo con la Procuraduría General de la República (PGR), Luis Alfonso Murillo Acosta, «El Güero Ranas», no solo había sido escolta personal de Iván Archivaldo, sino que controlaba gran parte del trasiego de droga y robo y venta de combustible «ordeñado».
La ausencia de «El Güero Ranas» provocó el enfrentamiento con otras células que pelean el mercado. Informes de la Policía Ministerial de Sinaloa señalan que el 26 de marzo en la madrugada, dos grupos de sicarios se enfrentaron a balazos en el fraccionamiento Paseo Alameda, el mismo sector donde controlaba Murillo Acosta. La Fiscalía General del Estado informó que en la escena del tiroteo solo encontró un automóvil Infiniti color gris con impactos de bala en la carrocería y los cristales, así como rastro de sangre. Dos días después aparecieron los cuerpos de tres hombres en el extrarradio de la ciudad. Fuentes de la Fiscalía relacionaron ambos eventos.
«Con ese hecho todavía no sabíamos qué pasaba, qué grupos se toparon en Paseo Alameda», comenta un policía investigador de la Ministerial consultado.
La pugna estaba dilucidándose.
La «toma» de El Tamarindo
Al amanecer del miércoles 18 de abril, un comando sitió la sindicatura de Villa Adolfo López Mateos, El Tamarindo, ubicado cerca de El Limón de los Ramos, en la región norte del municipio, y cerró entradas y salidas impidiendo el tránsito a los habitantes. Por las calles de la comunidad las camionetas con sujetos armados circularon con libertad. Afuera de un domicilio ubicado sobre la calle Higuera, frente al Colegio de Bachilleres, prendieron fuego a una camioneta Mazda CX, con reporte de robo.
La Fiscalía y la SSP indicaron que no hubo tiroteos, y tan pronto como se recibió el reporte ciudadano, grupos policiales acudieron al pueblo, reforzados por el sobrevuelo de un helicóptero de la Marina que ya nada encontró.
«En la casa encontramos tres vehículos con reporte de robo, seguimos con el operativo, se están revisando los vehículos, hay personal de la Fiscalía en el área, de la Policía Municipal, Estatal, Militar en el área y todavía se continúa con el tema, la invitación a la población en general es no caer en el pánico por información sin confirmar que circula en redes sociales», comentó el teniente Cristóbal Castañeda.
Indicó que en el domicilio en donde quemaron la unidad había equipo usado aparentemente para extraer combustible del poliducto así como bidones, indicio de que al parecer la casa era usada como depósito clandestino.
Debido a la incursión del grupo armado, la Secretaría de Educación Pública informó que se suspendieron las clases en los planteles escolares de El Tamarindo, que van de preescolar a bachillerato, y los pobladores se impusieron un autotoque de queda.
Se extiende la «limpia»
La aparente tranquilidad con la que declara el subsecretario de seguridad, Cristóbal Castañeda, no se refleja con el supuesto control de seguridad que dicen mantener en la región. El jueves 19 por la tarde de nueva cuenta los comandos del cártel de Sinaloa bajo el mando de «Los Chapitos» avanzaron a más comunidades. Esta vez reportaron presencia de retenes de sicarios en Estación Rosales, sindicatura de Culiacancito, en Recoveco y Pericos, en el municipio de Mocorito, región colindante.
«Andan levantando gente», comenta desde su WhatsApp una estudiante universitaria de esta última comunidad. Ella y su familia tienen miedo. Asegura en sus mensajes que impera un estado de sitio en su comunidad y que incluso desde hace días falla la señal de Internet y de celular.
«Llegaron al anochecer y se pusieron en el parque, a ratos se escuchaban balazos a lo lejos», dice y teme que sus mensajes sean interceptados. Corta la comunicación.
Más tarde videos grabados por los mismos delincuentes fueron filtrados a las redes sociales, se escuchan canciones del extinto cantante de narcocorridos Chalino Sánchez, se observa una caravana de camionetas de modelo reciente que pasan un pueblo. En otro video, se detienen y presumen: «Andamos reventando domicilios». En otro los jóvenes presumen al ver el convoy estacionado: «Pura gente de Iván, pura gente de Iván». Y remata: «Nada de gente de «El Guano» a la v…»
Es la guerra por el huachicol en la zona centro de Sinaloa. La autoridad le dice a la gente que no entre en pánico, que no se deje llevar por «noticias falsas en redes», pero en esta región, asolada por la violencia endémica de guerras pasadas, saben que el miedo es real y se siente en el paso galopante de los comandos de sicarios.
La mina del poliducto #10
De la ruta que atraviesa el poliducto de Pemex, que se extiende desde el norte en Ahome hasta en el centro de Sinaloa en Culiacán, es la franja de Angostura, Salvador Alvarado, Mocorito y Culiacán donde abundan las tomas clandestinas y la venta ilegal al por mayor desde hace años. El precio en el 2010 empezó entre los 7 y 8 pesos, ahora con el aumento en los precios oficiales, llega a los 11 ó 12 pesos, según el proveedor clandestino.
En 2017 Pemex Logística reportó en el primer bimestre el hallazgo de 66 tomas clandestinas en Sinaloa, contra las 204 de enero y febrero de 2018. En porcentaje crecieron las denuncias un 209.09 por ciento en un solo bimestre.
Las 204 tomas clandestinas detectadas solo en este primer bimestre por la paraestatal equivalen al 53 por ciento de las localizadas y taponadas durante todo el 2017, que llegaron a 384.
El 8 de enero pasado, Pemex informó en un comunicado sobre la denuncia interpuesta contra tres empleados de la paraestatal que fueron sorprendidos colaborando en la extracción en una «ordeña» en un punto del poliducto de Sinaloa. Cada vez más, la paraestatal abre investigaciones en contra de sus trabajadores y ex trabajadores debido al apoyo logístico que dan a las organizaciones para el robo indiscriminado de hidrocarburo.
El reporte de 2017 de la SSP en Sinaloa señala que ha sido el año que más aseguramiento de pipas, cisternas y tambos con combustible se ha dado en la entidad, con casi 500 mil litros puestos a disposición del ministerio público federal.
Con información de La Silla Rota