En la raya: ¿SEPARATISMO?

• ¿O negociación?
Por José Luis López Duarte

A raíz de la confrontación que ha generado el manejo de la pandemia, primero entre gobiernos estatales y municipales contra el gobierno federal, y después el tema de la crisis económica que ha provocado, donde parece que todos los puentes están rotos, se ha dibujado un movimiento de gobiernos estatales, que algunos columnistas han llegado a calificar de movimiento separatista, incluso han hablado de una nueva república, resulta un tema que al final nos llevará a una profunda negociación que implicará la reorganización del país en los próximos años, mediante un acuerdo que puede ir muy lejos.

Es cierto que estamos de lleno en la etapa crucial de la pandemia, etapa que puede precipitar muchas cosas dependiendo de cómo evolucione y el tema de la relación estados – federación se tendrá que dejar de lado para abordarlo cuando la cresta de la crisis económica nos alcance y que, seguramente, se presentará a la salida de la pandemia.

Para entonces será muy importante que este movimiento madure con los conocimientos y ritmos económicos y sociales indispensables para construir el gran acuerdo que buscará fraguar.

Digo lo anterior por múltiples razones locales, nacionales y geoeconómicas que ya nos marca, pero que a partir de la crisis se van a acelerar. Primero distinguir cuáles son las prioridades económicas y sociales del país, en dónde se ubican los motores de esta economía y cuáles son los principales movimientos que nos impactan.

Por ejemplo, hoy el gobierno estadounidense nos presiona y hará todo lo posible para que salgamos “juntos” de la cuarentena, para que todos los estados fronterizos regresen a sus actividades normales y armonicemos la producción industrial para ensamblar las cadenas de producción que se han eslabonado a un lado y al otro de la frontera.

En Estados Unidos la presión es enorme y el gobierno de Trump está decidido a ello, aunque la pandemia no lo aconseje aún ¿Qué decidirá el gobierno mexicano? Muy probablemente se adhiera a la posición de Trump, más aún cuando AMLO ha declarado el sábado pasado que solo tenemos cinco grandes focos de la pandemia en el país, en la Ciudad de México, Quintana Roo, Tabasco, Baja California y Sinaloa, asunto resuelto para el presidente, como prácticamente lo dijo en su conferencia.

El otro elemento vital para nuestra economía es que los seis estados fronterizos (Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas) exportan más del 50% de nuestras exportaciones (230 billones de dólares, de los 402 billones de dolares que se producen a nivel nacional), y el tercero será el movimiento migratorio que provocará la crisis económica continental.

La definición ante la política de Estados Unidos, de si la rechazamos o nos plegamos, las consecuencias en los estados fronterizos de una u otra definición, el manejo de la pandemia que al parecer AMLO pretende decretar como resuelta y los movimientos migratorios del norte y sur, pueden resultar de pronósticos reservados, son los dilemas iniciales de esa gran y trascendente discusión que hoy depara el futuro inmediato sobre separatismo o un nuevo pacto nacional. Pendientes.

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