EL PLAN DE ENERGÍA • De AMLO

Por José Luis López Duarte

La visión de gobierno mexicano, tanto de su perspectiva global sintetizada en su proyecto de nación, como en particular su plan energético, son el dibujo de un gobierno alejado de que la internacionalización, la globalización y la interconexión multilateral de las naciones, que nos arrastra a un pasado señero, como si la soberanía nacional fuera un asunto de aislamiento total y autosuficiencia absoluta de todo.

No, el mundo ya no es así. El mundo ya no está dividido por fronteras económicas ni ideologías, tan solo existen las políticas y territoriales, las demás ya desaparecieron y así hay que inscribir al país, sus gobiernos y sus programas.

En general es correcto pensar en la autosuficiencia en todo, como cualquier ser humano que aspira a trabajo, alimento, vestido, educación, seguridad, recreación, cultura y paz, por lo que es legítima esa aspiración y debe hacerse en donde se pueda, hasta donde se pueda, pero no como sea.

El programa energético del gobierno mexicano está resultando un absurdo contrasentido y aberrante estrategia del desarrollo energético, tratando de que PEMEX y CFE retomen su rol monopólico, acosando la inversión privada y extranjera, pero sin ningún plan nacional de producción local que los sustituya, convirtiéndose en una apuesta suicida, tanto para elevar la producción de energías limpias como para fortalecer las empresas productivas del estado con CFE y PEMEX.

La reforma energética del 2014 no fue para liquidar a PEMEX y CFE, sino para modernizarles, hacerlas productivas, competitivas y autónomas, se trató de liberarlas del yugo del gobierno que se apropiaba de su renta y las usaba para lo que la quería, sufriendo una descapitalización permanente y, en consecuencia, cuando necesitaba financiarse se tenía que endeudar.

Terminar ese círculo vicioso de saqueo del gobierno a PEMEX y CFE fue uno de los propósitos de la reforma energética y para contribuir a los compromisos del país con la lucha contra el cambio climático, produciendo más energías limpias, renovables y reducir la producción de energías fósiles.

En fin, lo que ha provocado este cambio de rumbo energético del país que impulsa AMLO ha sido dañar la producción de energías limpias con medidas que la desestimulan y elevan sus costos, por considerar el gobierno que es una competencia desleal, elevando la Comisión Reguladora de Energía hasta en 800% el costo de parteo, lo que eleva automáticamente en un 30% el valor del KWH, cuestión que por lo pronto desestimula la inversión, disminuye el uso de energías limpias y eleva el consumo de energías fósiles.

Tanto la asociación de productores de energía solar, como los productores de energía eólica, junto con Greenpeace, han interpuesto 25 juicios, de los que ya han sido resueltos tres por los jueces en contra de CFE.

Hay otros países, económicamente más modestos que el nuestro, con un régimen político más cerrado, como es el caso de Cuba, que se ha propuesto la autosuficiencia de energías para no depender del petróleo de Venezuela, han organizado un programa nacional de pequeños productores privados que tienen un apoyo de hasta el 100% para adquirir los paneles solares y prioridad en el mercado sobre la oferta del estado cubano, que les permita, en el peor de los momento del bloqueo que sufren por parte de Estados Unidos y que Trump ha sido radical, resistir por sí mismos.

Eso es pensar con soberanía y no reducir los que están produciendo, cuando deben hacer que CFE produzca electricidad de ese tipo y no la del combustóleo, como lo están priorizando.

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