Acuerdan 180 países mayores regulaciones para control residuos plásticos
Gobiernos de 180 países acordaron mayores regulaciones legales y vinculantes para el uso de productos químicos peligrosos y residuos, como los desechos plásticos, para proteger la salud de las personas y al planeta, mediante la modificación del Convenio de Basilea.
Las medidas fueron acordadas por mil 400 delegados de unos 180 países que participaron durante dos semanas en un encuentro en la capital suiza denominado: “Planeta limpio, gente sana: gestión racional de productos químicos y desechos”.
La cadena estadunidense CNN destacó la ausencia de Washington en la cita y recordó que Estados Unidos, gran emisor de este tipo de residuos, es uno de los países que no han ratificado la Convención, aunque sí lo son varios países a los que exporta desechos plásticos, como China, Malasia, Vietnam, Tailandia e India.
Los gobiernos acordaron modificar el Convenio de Basilea para incluir los residuos plásticos en un marco legalmente vinculante, a fin de regular el comercio mundial de dichos productos, para hacerlo más transparente y que su uso sea más seguro para la salud humana y el ambiente.
Alrededor de 100 millones de toneladas de plástico se han desechado en los océanos, y entre 80 y 90 por ciento de ellas proviene de fuentes terrestres, lo que ha provocado que el problema de la contaminación por ese tipo de residuos haya alcanzado proporciones epidémicas.
El Convenio de Basilea, cuyo objetivo general es proteger la salud humana y el medio ambiente mediante el control de los movimientos transfronterizos de desechos peligrosos y su eliminación, es considerado el acuerdo ambiental internacional más completo en la materia y casi universal, con 187 Partes.
Los participantes en la reunión de Ginebra acordaron además la eliminación de dos grupos químicos tóxicos incluidos en un anexo del Convenio de Estocolmo: Dicofol y ácido perfluorooctanoico (PFOA), este último utilizado en numerosas aplicaciones industriales y domésticas, como utensilios de cocina y equipos de procesamiento de alimentos.
El Convenio de Estocolmo busca proteger la salud humana y el medio ambiente de productos químicos que permanecen intactos durante mucho tiempo, se distribuyen en una amplia geografía y se acumulan en el tejido graso de las personas y en la vida silvestre, por lo que tienen graves efectos nocivos.
Tras la cita de Ginebra, en la que se emitió un listado con los 30 productos químicos que más preocupan a nivel mundial, el Convenio de Estocolmo, el cual es legalmente vinculante, tendrá 182 Partes, lo que le da una cobertura casi universal.
Los delegados asistentes lograron además avances en el Convenio de Rotterdam, que establece un marco legalmente vinculante para el intercambio de información y la toma de decisiones sobre el comercio de ciertos plaguicidas peligrosos y productos químicos industriales.
El Convenio de Rotterdam, administrado conjuntamente por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), facilita el intercambio de información sobre productos químicos peligrosos y pesticidas, así como sus riesgos potenciales.
Con información de Notimex.