En la raya: ROCHA Y EL PUENTE • ¿Qué necesitamos?

Por José Luis López Duarte

Recibí un mensaje que me enseñó una excelente metáfora sobre la vida, sobre todo y no se diga para la política. Se trata de un puente construido en Honduras, con diseño, tecnología y construcción japonesa, sobre el río Cholulteca en aquel país, lo mejor de los japoneses, admirado por todos y cuando la peor tormenta que azotó aquel país en 1998 hizo pedazos toda infraestructura carretera, mató a 7 mil personas y devastó el campo hondureño, el puente sobre el río Cholulteca fue el único que sobrevivió y ¿Qué cree usted? La tormenta desvió el río, creó otro cauce y el puente quedó inútil, como monumento a la eficiencia tecnológica e ingenieril, pero que ya no servía para cruzar el río.

Comento este mensaje porque algo ocurre con nuestras mentes, como si esta se petrificara cuando todo nuestro entorno en estos tiempos está cambiando y que la vida, como la estructura de nuestros valores, hábitos, costumbres y pensamientos, se deben reajustar y, además, cambiar todo nuestro ser como nos lo está exigiendo la pandemia que sufrimos.

Es cierto que el hombre es el único animal que se tropieza dos veces con la misma piedra, que ve venir la tormenta y no se hinca, que sabe lo que puede ocurrir y no prevé, pero aún así siempre hay que insistir.

El periodo que viviremos (si dios quiere) después de que pase la pandemia, sin duda será la sucesión gubernamental lo más crucial y ante ella los sinaloenses nos tendremos que colocar, no frente a un espejo, sino frente a un túnel, el cual deseamos cruzar y saber cómo lo vamos a hacer.

Los tiempos son complejos y difíciles, que pensar en alguien que tenga “la varita mágica” para afronte los problemas es un sueño, una simple ilusión y eso se debe evitar, como también la insana vocación por el poder para imponer lo que sea aunque no sirva, como puede ocurrir en la selección de los candidatos.

Digo lo anterior porque las oleadas de descalificaciones que se desatan a cada rato contra Rubén Rocha Moya no solamente son insanas, sino que hasta resultan sospechosas, y como los que caen en fuego cruzado, nunca se sabe quién es el autor de su muerte al final.

¿Ahora resulta que nadie puede aspirar a ser candidato a gobernador, a promoverse y proyectarse para ello, porque les cae el lodo por todos lados?

Igual que a Rubén Rocha, también les ha sucedido a Sergio Torres, Héctor Melesio Cuén, Gerardo Vargas, el senador Mario Zamora y al “Químico” Benítez, como si fueran “perros con la rabia” (como decían en mi pueblo), lo que de suyo refleja una desagradable forma de hacer política y que atenta contra la misma democracia.

¿Por qué es anti democrático? Por la sencilla razón de que impide a muchos políticos y ciudadanos expresar sus aspiraciones, porque temen ser vilipendiados también. Sinaloa tiene una riqueza política muy grande que se debe expresar abiertamente, pero con este cuadro se detienen por ese temor.

Personajes abundan, tanto en los partidos, como en el gobierno y en los sectores productivos. Gente como Jesús Vizcarra, Edna Fong, Aarón Rivas, Adolfo Rojo, la propia primera dama Rossy Fuentes, Tere Guerra y así le podemos seguir a todos los niveles, gente que no se anima a expresar abiertamente porque no desean ser expuestos.

En este contexto Rubén Rocha ha sido un valor político sinaloense por más de cuatro décadas, al que no se le puede estar vapuleando y atropellando. Se vale tener otra preferencia pero ¿Denostar por denostar?

Es cierto que no es el único precandidato a la gubernatura de Sinaloa y se vale promover otros y hasta combatir contrarios porque se trata de una lucha democrática, que no puede ser una “guerra sucia” y así convertir la contienda política en un lodazal. En toda actividad debe haber valores, incluso en las batallas donde debe prevalecer un mínimo respeto por los adversarios.

También es cierto que nadie es perfecto ni “monedita de oro”, pero la política es para enaltecer a cualquiera porque al ser pública está abierta al escrutinio de todos, pero no a la descalificación a ultranza, que para descalificar están los ciudadanos cuando vayan a votar.

Aquí debemos tener conciencia que en la vida “solo dios es capaz de perdonar todo, el ser humano a veces y la naturaleza jamás”, frente a la naturaleza no hay opción, frente al hombre queda apelar a su raciocinio y ante dios pedir perdón, pero si somos capaces de pensar lo que hacemos, tenemos que apelar a la conciencia, a ese conocimiento de las cosas, no actuar ciegamente, porque entonces le daremos paso a la irracionalidad y dejar en el camino momentos como el del puente sobre el río Choluteca en Honduras: monumental pero inútil… ¿Para qué pues?

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