La industria usó la COVID-19 para vender la chatarra como “elixir en tiempos difíciles”, dice informe

Aprovechando la pandemia, las industrias de bebidas y alimentos ultraprocesados implementaron agresivas campañas de marketing para mostrar “acciones de solidaridad”, tendientes a posicionar sus productos como “esenciales” y obviar la abundante evidencia de su efecto negativo en las condiciones de salud, a la vez que ejercían presión activa contra las políticas de alimentación saludable en todo el mundo.

Así lo reveló la organización Global Health Advocacy Incubator (GHAI) en su informe Facing Two Pandemics. How Big Food Undermined Public Health in the Era of COVID-19, que de marzo a julio de 2020 recopiló en 18 países más de 280 ejemplos de acciones de la industria con “potencial de interferir en el desarrollo e implementación de políticas alimentarias saludables”.

Dada la falta de transparencia, sólo se pudo saber que en 27 de los donativos el valor ascendió a 19 millones de dólares por las 528 toneladas de alimentos y 34 millones de comidas regaladas por las empresas. La mayoría de éstos no especifican qué productos incluyen, las empresas de bebidas azucaradas indicaron que estaban entregando agua y “otras bebidas”.

La organización detectó que las estrategias de marketing de la gran industria de alimentos y bebidas “apelaron a la vulnerabilidad de los consumidores durante la cuarentena para promover la comida chatarra como un elixir para tiempos difíciles”. Pero además, asoció “seguridad de los alimentos” con sus productos. Mostrándose como empresas socialmente responsables al hacer donativos lograron crear alianzas con entidades públicas y de la sociedad civil, con las que directa o indirectamente promovieron sus intereses.

Con información de Sin Embargo.

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