Estudio demuestra que los perros callejeros de Chernóbil son genéticamente diferentes

Más de 35 años después del accidente nuclear más grave del mundo, los perros de Chernóbil vagan entre los edificios abandonados en y alrededor de la usina clausurada. De alguna manera han encontrado la manera de alimentarse.

Los científicos estudian estos perros con la esperanza de que enseñen a los seres humanos cómo vivir en los ambientes más hostiles y degradados.

El viernes publicaron el primero de lo que esperan será una larga serie de estudios genéticos en la revista Science Advances. Los objetos de estudio son 302 perros que vagan libremente por la llamada oficialmente “zona de exclusión” en el sitio del desastre. Identificaron poblaciones cuyos distintos niveles de exposición a la radiación podrían causar diferencias genéticas entre ellos y con los demás perros del mundo.

“Hemos tenido esta oportunidad dorada” de sentar las bases para responder a una pregunta crucial: “¿Qué se hace para sobrevivir en un ambiente hostil como este durante 15 generaciones?”, afirma la genetista Elaine Ostrander, del Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano, uno de los numerosos autores del estudio.