Cambios en la cobertura del suelo y la sequía prolongada aumentan el riesgo de inundaciones en Culiacán, pues el agua no logra filtrarse

Las inundaciones en la ciudad de Culiacán no solo se deben al deterioro de los sistemas de drenaje pluvial, sino también por cambios en la cobertura de suelo deteriorando el drenaje del sistema de cuenca, imposibilitando así la filtración de esa cantidad de agua, al igual que los efectos generados por el calentamiento global, informó Evangelina Ávila Aceves, doctorante del Posgrado en Ciencias de la Información.

“Si hacemos una métrica de la cantidad de agua que cae al año, cae exactamente la misma o cae en dimensiones muy parecida a la que ha caído año con año, sin embargo, la cantidad de días con lluvia al año se está reduciendo, si bien tenemos una misma cantidad de agua que años anteriores, nos caen ahora en un evento o en dos, nos están cayendo días de precipitación con mucha precipitación que el sistema de drenaje no logra filtrarse, y en las presas no se logra retener”, explicó

De igual manera, señaló que con la sequía prolongada que se ha dado en el estado, los suelos son menos susceptibles a absorber el agua, aumentando el riesgo de inundaciones en estas zonas, y con base en el historial del clima que se ha generado en la ciudad, es muy probable que se vuelva a sufrir estos eventos.

“No es lo mismo tener un tiempo con poquita precipitación, poquitos milímetros de agua precipitada, el agua, el suelo tiene esa capacidad de estar filtrando a que se reduzca los días de precipitación tenemos una sequía prolongada, el suelo se compacta, y entonces cuando nos llega las cantidades de agua y suelo, que nos llegan más, el suelo se satura y nos provoca esos eventos de inundaciones”, indicó.

Con ello en mente, expresó que si bien, existe un atlas de riesgos, los datos de este no coinciden con algunas zonas en las que se presenta un aumento de agua debido a la desactualización, a esto, sumarle la falta de información por parte de estaciones de aforo que permita la medición de ríos y arroyos que puedan presentarse como puntos de riesgos para la ciudadanía.

“Por eso son puntos rojos, puntos de peligro extremo, que se ha llegado el caso de cobrar vidas humanas, son puntos que se tienen que estar aforando y no se cuenta en la ciudad con esos datos que nos puedan decir la cantidad de peligro o cantidad de agua que podamos tener en esos puntos, y de ahí la razón por la que estos trabajos tienen que estarse actualizando”, comentó.

Ávila Aceves puntualizó que la metodología que utiliza dentro de su investigación le permite determinar no solo los ríos, sino también arroyos, calles, cruces, canales y avenidas que son prospectas a sufrir inundaciones, que no son detectables o publicadas en el atlas de riesgos, pero necesita del apoyo de la ciudadanía.