Waldo’s despide a 8 empleados por quejarse de maltrato
Por quejarse de las malas condiciones laborales que hay en la tienda y de maltratos por parte de Gisela Flores Alanís, gerente regional de la empresa Waldo’s, ocho de los nueve trabajadores de una de las sucursales de la tienda en Tula, fueron despedidos.
Los empleados habrían sido despedidos en represalia por interponer una queja el pasado 21 de marzo en la Junta Permanente Municipal de Conciliación (JPMC) el pasado 21 de marzo.
Entre los cesados están Francisco Javier García Lugo y Arely Aguilar Escalante, gerente y subgerente de la tienda así como dos cajeros, dos asociados de piso, una empleada multifuncional y otro trabajador.
“Sólo una cajera que tenía poco tiempo de haber ingresado se quedó. De los 9 que trabajábamos en la tienda nos corrieron a 8 pero; ya un mes antes otra compañera había renunciado por lo mismo», dijo en entrevista Karina Guerrero, quien se desempeño como empleada multifuncional.
En protesta por ser despedidos “injustificadamente”, el domingo, el grupo de trabajadores se manifestó frente a la sucursal ubicada en el número 2 de la calzada Melchor Ocampo del centro de Tula. Portaban pancartas con mensajes en repudio al maltrato y discriminación laboral del que aseguran fueron objeto.
El 21 de marzo, los 8 empleados que firmaron la queja fueron despedidos por personal de recursos humanos de Waldo’s. Según Francisco Javier García Lugo, exgerente de la tienda además de recibir sueldos “miserables”: 2 mil 800 pesos semanales para él como responsable de la tienda; mil 600 para la subgerente, y 850 a la semana para el resto de los empleados- eran objeto de descuentos de hasta el 50 por ciento de su salario para cubrir las «mermas».
«Si alguna mercancía se echaba a perder, se la robaban o se descomponía entre todos lo teníamos que pagar hasta con la mitad de nuestros sueldos cuando en el caso de los robos no teníamos la culpa porque la empresa decidió ahorrarse el gasto de seguridad privada a tal grado que hace poco fuimos asaltados por centroamericanos», expuso Francisco Javier García Lugo.
«Además nos obligaban bajo amenaza de corrernos a trabajar horas extras sin pago y hacer funciones que no nos corresponden, como estibadores», abundó Francisco Javier García.
Acusó que también era objeto de actos de discriminación y acoso laboral por parte de Gisela Flores quien según Karina Guerrero presuntamente los insultaba y humillaba.
«Discriminaba a dos compañeras que son de la comunidad de Sayula. Les dijo que no podía contratar gente, que no hablara bien y dijo que quienes vienen de pueblo por su acento provinciano daban muy mal aspecto a la tienda».
Con información de La Jornada.