México debe apostar por medicina genómica ante reemplazo de genéricos
Karlen Gazarian, jefe de Laboratorio de Reprogramación Celular del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, alertó que se avecina la crisis de la industria farmacéutica a nivel mundial, pues inicia la revolución de la medicina genómica, área en la que los países desarrollados invierten miles de millones de dólares en cifras que superan a las del espacio cósmico y atómico.
«México ni siquiera produce fármacos, sólo genéricos, que no tienen patente y que por tanto no incluyen los costos de investigación, pero sí los de las pruebas de bioequivalencia», explicó en el marco de la Fiesta de las Ciencias y Humanidades en su séptima edición, en el Museo Universum.
El especialista de dicho laboratorio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Advirtió que el país no tardará en tener problemas porque una vez que avancen las nuevas tecnologías que permitan el desarrollo de células humanas para fármacos, los genéricos serán reemplazados.
El también miembro de la Academia Mexicana de Ciencias estimó que dentro de 10 a 15 años la medicina apoyada en la generación de células pluripotentes y embrionarias humanas predominará en el mundo; actualmente son pioneras naciones desarrolladas como Estados Unidos, Japón y China.
Recordó que en el siglo pasado las revoluciones se dieron en el campo de las Tecnologías de la Información y Comunicación, TICs, (Internet, computadora, tableta, teléfonos celulares, softwares y plataformas).
Gazarian se pronunció a favor de que la ciencia y la tecnología en sus diversas áreas sean útiles para beneficiar al hombre, «pero la prioritaria debe ser la salud, de lo contrario el hombre estará en riesgo de extinción», advirtió.
Hoy en día, los fármacos son químicos, sintéticos y tóxicos, una esperanza para el más valioso bien del hombre que es la salud, es el avance de las investigaciones y aplicación de fármacos elaborados con células humanas, puntualizó.
En opinión del científico, la farmacología está atrasada debido a que los fármacos se prueban en ratones, lo que implica un mayor número de ellas y un protocolo para la aprobación de un medicamento lleva al menos 10 años de estudios con los altos costos que conlleva.
Así, el costo para producir un medicamento cada década se duplica, si era de 500 millones de dólares pasó a ser de mil millones.
«Estamos en el inicio de una verdadera revolución de la medicina, el problema es que la ciencia y la tecnología avanzan más rápido que las leyes, que muchas veces no se tienen o bien no son claras y traen consigo un nuevo paradigma con problemas éticos, sociales, que la comunidad científica trata de resolver para compaginar los aspectos morales con el progreso en la investigación», enfatizó.
Es por ello, apuntó, que en China los científicos aplican los avances genómicos sin aprobación legislativa.